¿Se está convirtiendo la Navidad en una fiesta paganizada? ¿No estamos recorriendo en occidente el camino inverso cuando hace algo menos de dos mil años las fiestas paganas adquirieron fundamentación religiosa? ¿Es la Navidad sólo un pretexto para el consumo?
19 de diciembre de 2009
Por la paganización de la Navidad
17 de diciembre de 2009
Sufrimos del síndrome de Estocolmo
Un día más como cualquiera de otros tantos que transcurren. Yo me encontraba circulando por la muy transitada calle Quisquís. Eran las cinco de la tarde calculo, porque la gente caminaba apresurada saliendo de su rutina laboral, intentaban escapar del cementerio llamado urbe. Todo era normal, era tan típico y común que a la vista asomaban un piquete de policías metropolitanos desplazándose en la acera posterior.
Dos señoras que vendían tripa asada corrían desesperadas por la calle arrastrando como pudieran sus carretas, no era casualidad la presencia de los cerdos policías. La jauría metropolitana la venía persiguiendo con el fin de despojarlas del fruto de su trabajo.
En la calle siguiente, específicamente Tulcán, la gente se amontonaba a observar lo que al parecer era un accidente. Me acerqué hasta el lugar, mi impresión fue fuerte cuando miré al piso y note a una mujer tirada, era la señora que hasta antes corría desesperada de los policías metropolitano. Había sido chocada por un taxi amarillo al parecer mientras escapaba de los cerdos. Por suerte la señora se levanto sin problemas al caminar; sin embargo su carreta, sostén financiero de su hogar ,fue destruido por el golpe del vehiculo. La señora se levanto sin ningún problema pero al tantearse, su brazo derecho empapò su mano de sangre. Vi como salía sangre sin parar además de marcas de quemaduras producto del roce con la parrilla en el instante del choque. La amiga de la señora que también corría con ella para salvar sus pertenencias la ayudó y se la llevó al parecer a un hospital.
Como algo muy común y casi escrito la gente no hizo mas que hablar, nadie se atrevió a señalar a los metropolitanos o a increpar su actitud. El silencio fue una vez mas cómplice de las atrocidades. En medio de todo el revuelo los cerdos mal nacidos dieron media vuelta y se retiraron. Colgaron sus culpas en el tendedero de lo impune y continuaron su faena criminal en algún otro lugar.
Otra persona como tantas que representa a miles de habitantes de esta ciudad que se las juega todos los días para llevar un pan a su boca, como usted o como yo, perdió su fuente generadora de trabajo y por poco hasta su vida.
Hace aproximadamente una semana se repitió esta misma historia en los alrededores de la bahía, la policía metropolitana golpeó brutalmente a personas que lo único que hacían era ejercer sus legitimo derecho al trabajo. Un desalojo más de tantos, parece que no quitó el sueño de los buenos cristianos. Porque mientras unos días antes nos hablaban de solidaridad a punta de migajas y del amor al prójimo en el enlace televisivo de la reaccionaria Teletón anual. Dos días después se olvidaron del discurso de buen samaritano y la tónica era otra: los pobres ya no servían para lavar un poco sus conciencias, el espectáculo había finalizado y por tanto se los podía desechar, cualquier argumento era válido para el Municipio y la prensa en justificar la brutalidad, y eliminarlos del casco regenerado.
Dos días después de los hechos, en horas de almuerzo mientras sintonizaba la TV las noticias del canal 5 mostraban una nota en la que un joven comerciante informal de contextura delgada (al cual yo reconozco por que lo he visto laborando en los alrededores del malecón y parque centenario), fue golpeado brutalmente por metropolitanos con la única diferencia de que esta vez los metropolitanos fueron arrestados y están siendo procesados por agresión de odio. Imputación hacia los policías que fue cuestionada por los periodistas de este medio quienes minimizaron la acción brutal de los metropolitanos contra el joven comerciante y acusaron a al fiscal por la medida tomada. Vaya mierda de prensa que tenemos.
Hasta unas horas antes de terminar este artículo me enteré por boca de un pana comerciante que los abusos aún continúan. Esta vez ya no eran las muy comunes golpizas, ahora se trataba de un intento de asesinato. Uno de los compañeros de este comerciante fue apuñalado por un supuesto policía metropolitano en medio de un enfrentamiento en las afueras del Mercado Central.
Es evidente la violación a los derechos humanos que se cometen en esta ciudad a diario, además del desprecio que reciben los comerciantes informales por parte de una administración que se niega a escuchar sus demandas. Una administración que tampoco tiene remordimiento en matar a miles de personas silenciosamente con el hambre, negándoles el derecho a trabajar y eliminándolos con su fuerza parapolicial para mantener una imagen de ciudad postal.
El silencio de la gente frente al atropello que sufrió la tripera reafirma lo que decía un periodista de radio Tropicana: en Guayaquil sufrimos un problema patológico serio, sufrimos del síndrome de Estocolmo, a mi parecer eso lo evidencian las últimas elecciones.
13 de diciembre de 2009
¿Realmente Jacob se aprovechó?
Los niños crecieron. Esaú llegó a ser un hombre del campo y muy buen cazador; Jacob, por el contrario, era un hombre tranquilo, y le agradaba quedarse en el campamento. Isaac quería más a Esaú, porque le gustaba comer de lo que él cazaba, pero Rebeca prefería a Jacob.Un día en que Jacob estaba cocinando, Esaú regresó muy cansado del campo y le dijo:- Por favor, dame un poco de ese guiso rojo que tienes ahí, porque me muero de hambre- Primero dame a cambio tus derechos de hijo mayor- contestó Jacob.Entonces Esaú dijo:- Como puedes ver, me estoy muriendo de hambre, de manera que los derechos de hijo mayor no me sirven de nada.- Júramelo ahora mismo -insistió Jacob.Esaú se lo juró, y así cedió a Jacob sus derechos de hijo mayor. Entonces Jacob le dio a Esaú pan y guiso de lentejas. Cuando Esaú terminó de comer y beber, se levantó y se fue, sin dar ninguna importancia a sus derechos de hijo mayor.
Génesis 25. 27-34