El nuevo estatuto, que establece los requerimientos técnicos y las normas de funcionamiento para los negocios que se dedican a la recolección, clasificación, transporte y almacenamiento de desechos sólidos reciclados, fue aprobado el pasado 29 de diciembre por el Cabildo para intentar formalizar esa actividad en Guayaquil.
Gustavo Zúñiga, director de Aseo y Mercados Municipal, aseveró que con esta norma se evitará que se rompan las fundas de basura en las vías y por ende, la contaminación.
Este pedido es uno de los diez artículos que contiene la nueva ordenanza, la que indica que los recicladores recuperarán los desechos de la fuente doméstica, comercial o industrial, lo que evitará que queden residuos en las calles, ante el reciclaje que todavía se realiza en algunas avenidas de la ciudad, donde se retira el material de los tachos o contenedores.
También se solicitará a los centros de acopio (lugar donde se almacenan, limpian y clasifican los desechos recuperables) obtener el permiso de construcción, certificado de inspección final y tasa de habilitación, los que serán otorgados por la Dirección de Urbanismo, Avalúos y Registro del Municipio.
Esta medida tiene como fin saber quiénes se dedican a la actividad del reciclaje.
Asimismo deberán tener un área de 600 metros cuadrados, con un compartimento para bodega, balanza, parqueo, control de ingreso y salida, entre otros. El propósito, según Zúñiga, es que el reciclaje no se haga en la vía pública sino dentro del centro de acopio.
Para pequeños locales como el de José Olave, ubicado en San Martín y Guaranda, que mide 15 metros cuadrados aunque no cumple con las características solicitadas, la medida es positiva, pero cree que se requiere de más tiempo para adecuarse a la norma, cuyo estatuto establece un plazo de 60 días desde su vigencia.
A estos centros temporales de almacenamiento también se les da un máximo de ocho días para trasladar la carga hacia las empresas recicladoras.
Quienes no respeten esta norma serán sancionadas con el retiro del permiso, pues después de ese tiempo puede provocar contaminación en las instalaciones y al personal.
Zúñiga se mantiene en lo pedido y expresa: “Toda empresa debe tener una serie de áreas para poder desarrollar con funcionabilidad sus actividades”.
Otro requisito es que los trabajadores de estos centros cuenten con un equipo de protección personal para evitar heridas y golpes en el cuerpo, seguridad contra olores y material particulado y ruido.
En un recorrido que se realizó por siete centros de acopio de la ciudad, estas protecciones no estaban completas, algunos empleados tenían solo guantes, pero no cascos y otros tenían el uniforme deteriorado.
Agapito Pazmiño, que se dedica a reciclar en su triciclo material plástico, cartón y papel dice que a diario entrega alrededor de 50 kilos de este material, con los que obtiene un promedio de 2 a 5 dólares.
De acuerdo a la reciente reglamentación, Pazmiño deberá estar autorizado por el Cabildo para transportar cualquier tipo de material reciclable.
Para el vehículo que lleve los desechos recuperables también hay requisitos. Estos deberán tener un código aprobado por el Municipio, ser de color blanco y estar cerrados, los que serán otorgados a los pequeños recolectores por las empresas recicladoras.
Mario Bravo, gerente general de Recynter, empresa que se dedica al reciclaje de metales, dice que no está en contra de este cambio, pero no fue consultado con los involucrados.
¿Osea que para que los chamberos no dejen regada la basura en las esquinas, se va a interferir en todo un sistemas de negocios? ¿Cómo van a hacer las bodegas de cartones de la Ayacucho, si ni todas juntas llegan a los 600m2? ¿Y qué va a pasar con todos los cartoneros que llevan lo recojido en los triciclos, también van a tener que sacar un código?
Y ellos hablaban de libertad de empresa y no intervención estatal. Ahora no quieren dejar ni recojer desechos ajenos en paz. Esto demuestra que la política económica socialcristiana, realmente sabe a sandía europeas y no a otra cosa. Si en lo pequeño, local y práctico defienden el control estatal ¿cómo se pueden quejar cuando este mismo se aplica en lo grande y global?