26 de julio de 2011

El periodismo/chisme político en Ecuador.

"No es que me guste el chisme, solamente me entretiene" decía mi abuela. Yo tengo un pasatiempo divertido pero criticado: contarle a una sola persona situaciones inventadas, con el único fin de ver hasta dónde y qué tan distorcionados llegan los rumores. Así puedo saber quién es de fiar para un secreto, y quién es de fiar para difundir una noticia. Nos guste o no, vivimos en la sociedad de la sapada y el bochinche. Así son las señoras de mi barrio y esa misma actitud se repite en el mundo del periodismo, lo que nos recuerda que ellos no están sobre ningún podio social.

Hace casi un mes Rafael Correa viajó a Paraguay. Allí concedió una entrevista a Canal 9 donde le preguntaron si no tenía miedo de quedar como un presidente censurador. El mandatario contestó que solamente le temía a "fallarles a mis ciudadanos y no estar a la altura de esta responsabilidad histórica".

Al día siguiente el diario Última Hora afirmaba que Correa "fue categórico al expresar que no le importa que se lo recuerde como un mandatario 'censurador' por parte de un sector de la prensa, porque lo que a él le interesa es el pueblo ecuatoriano." La web ABC Digital, en cambio, citó equivocadamente al presidente ecuatoriano atribuyéndole haber dicho que "el único miedo que me da es fallarle a mi gente y no a quedar como un presidente que censura."

En Ecuador, El Comercio reproduciría este error citando las fuentes anteriores. El Universo también citó las mismas fuentes, sin embargo reprodujo la frase como fue realmente pronunciada. La Hora por su parte sacó como titular "Correa: No me importa ser recordado como censurador" y dio a entender que esas palabras fueron dichas en la Cumbre de Jefes de Estado del Mercosur.

Medios afines al gobierno, como La VerdadPP el verdaderoacusaron a los diarios de haber "falseado las declaraciones". El Comercio sería el único medio que se retractaría luego por la falta. Sin embargo, en su página web ya se habían generado muchos comentarios en torno a la noticia.

El sábado siguiente en su Enlace Ciudadano, Correa reprochó esta actitud de los medios y leyó públicamente con nombre y apellido dos comentarios vertidos en la web de El Comercio. Un reportero de Metro Ecuador entendió que los comentarios había sido hechos en Twitter, y lanzó la noticia que "súbita y drásticamente, los tweets contra el gobierno disminuyeron. ¿La presidencia está controlando las opiniones del Twitter?" Al día siguiente Expreso confirmaría esta teoría pues incluso afirmaba que se los involucrados habían nombrado a la cuenta @Presidencia_EC

Hasta ayer, muchos en el cyberespacio comentaban acerca de esta noticia. Muchos horrorizados. Incluso Henry Raad escribió un post titulado '...Y vendrán por los twitteros'. Seguramente en los próximos días algún medio soltará otra noticia indicando algo referente al tema.

En resumen: Correa respondió a una entrevista que fue tergiversada y sacada como noticia por algunos medios de otro país; noticia que fue reproducida por los medios de este país, que fue comentada por ciudadanos, tergiversada por otros medios de este país y criticada en la cadena sabatina del gobierno; que a su vez fue tergiversada por un medio de este país, que fue citado por otro medio de este país y leído por muchos ciudadanos hasta el punto de crear una especie de paranóia colectiva.

Así se generan las noticias en Ecuador: de la misma forma como nos enteramos que el panadero era maricón porque se iba a meter a la casa de su marido todas las noches y la verdad era simplemente que a los dos veteranos les gustaba fumar pistola en bomba, aunque el panadero lo que en verdad hacía era ponerle los cachos a su mujer con la ñaña de su compadre; pero igual la mujer lo maleteó por marica después de haberle perdonado su adicción a la base de coca. Hoy el panadero ya no vende panes, se ganó la Lotería y dicen que mantiene a la moza, que a veces se convierte en cachero. Los medios se comportan como humanos, porque están manejados por humanos y en nuestra cultura estamos acostumbrados a difundir rumores como si fuesen verdades confirmadas. Que el periodismo político en Ecuador se maneje de la misma manera, lo hace digno de estar en un circo, porque a la final representa lo que somos; y todos somos dignos de estar en un circo.

Lo peor que puede hacer una persona en esta época es creerle a un medio sin contrastar con otros. Nunca crean lo que dicen a la primera. Ningún medio es objetivo, todos pretenden venderse como tal pero pocos buscan serlo de verdad. Estoy convencido que la solución para este problema es crear más medios que compitan entre sí; lastimosamente en Ecuador en vez de dejar que se reproduzcan los canales de información; se persigue a los que ya existen. El mismo Correa indica, en su entrevista, por qué es un problema terrible que los medios estén en manos de unas pocas familias. Irónicamente busca meter presos a los dueños de El Universo y aún no subasta lo que alguna vez perteneció a los Isaías. Pero a mi no es que me guste el chisme tampoco, solamente me entretiene.

22 de julio de 2011

Por suerte no tengo un periódico o por qué defiendo a El Universo

Tengo dos cosas que confesar: al parecer sí soy de 'derecha' y, empiezo a creer en el pensamiento colectivo. Sobre lo diestro, parece no haber discusión: soy un asalariado con alma de burgués, que en nombre de un ideal defiende hasta a las más viles criaturas. Sobre el pensamiento colectivo sigo escéptico, pero el mundo confabula contra mi razón. Ya me pasó con La Descarga, cuando vi el concepto que yo había pensado, realizado en un programa en Argentina. Era exactamente la misma dirección de arte que yo había imaginado sin haber visto ese canal siquiera. Para mala suerte ese programa ya existía y lo nuestro era un experimento.

Anoche volvió a pasar lo mismo, aunque nadie me crea. Fue discutiendo acerca del caso El Universo. Mientras orinaba el sixpack respectivo, me dije para mis adentros: 'si yo fuera uno de los Pérez, sacara la portada en blanco con esa frase maldita de Ayn Rand'. A los cinco minutos me mostraron una foto de la portada y era lo mismo. Obviamente mi frase era más incendiaria, pero el concepto es el mismo. Por eso me lo tomo personal. Me siento tan mal por haber juzgado algún día a los creadores del logo Río 2016.
Un jueves 20 de julio de 2011, se acabó con la poca libertad de opinión que existía en Ecuador.
El juez temporal Juan Paredes en 33 horas tomó posesión del cargo, sustanció la audiencia de juzgamiento, estudió más de 5.000 hojas del expediente, escribió 156 carillas de la sentencia, notificó a las partes y se retiró del cargo.

Trece horas le tomó al juez temporal 15º de Garantías Penales, Juan Paredes, elaborar la sentencia de 156 páginas que recogen los 37 cuerpos del proceso contra Diario EL UNIVERSO por el delito de injuria calumniosa y no calumniosa grave planteado por el presidente Rafael Correa.

El magistrado ordenó tres años de prisión para sus directivos Carlos, César y Nicolás Pérez y el exeditor de Opinión Emilio Palacio, y el pago de $ 30 millones para los mencionados como personas naturales y solidarios y $ 10 millones para la Compañía Anónima EL UNIVERSO como indemnización.
Y pensar que se quejaban cuando los socialcristianos tenían secuestrada a la justicia. No voy a tratar de explicar nada, para eso lean a la gente que sabe; yo solo me pregunto: si uno no puede acusar a quien ostenta un cargo público, manejado con nuestro dinero, entonces ¿qué clase de democracia es esta?

No me cae bien El Universo y pocas veces leí a Emilio Palacios. La verdad es que me era indiferente lo que ladraba desde sus editoriales, hasta ayer. Ahora me siento identificado con sus palabras, incluso con la de Carlos Pérez. No es admisible de ninguna manera, que este tipo de abusos se den tan campantemente.


En El Manantial Ayn Rand cuenta, entre muchas, la historia de Gail Wynand, un personaje individualista, magnate, dueño de un periódico amarillista llamado el New York Banner. Al final de la novela, el New York Banner sufre una huelga de trabajadores, todo se desequilibra, y el sindicato termina 'venciendo' y logran que un enemigo político de Wynand regrese a escribir en el periódico. El caso es totalmente diferente, pero el espíritu es el mismo. El dueño del periódico, luego de perder contra las leyes burocráticas, prefiere destruir su empresa a aceptar lo que no quiere. Él se había prometido a sí mismo que 'el día en que no pueda decir lo que quiera, ni decidir quién trabaja para el Banner, simplemente lo cierro'.

Obviamente había una frase bacansísima en medio de todo eso. Por suerte yo no soy los Pérez, ni soy dueño de un periódico al cual cerraría de pura arrechera y que se joda todo el mundo que dependía de mi. ¿Tan malo soy? ¡Pues entonces que se vayan todos al carajo, y a ver qué hace con mis ex trabajadores este gobierno autócrata e inepto!

Volviendo a la realidad, solo me queda decir que suscribo cada palabra de lo que citan de Ayn Rand, y mi apoyo incondicional va para quienes están siendo callados por el Estado; lo que me llevó a la conclusión que ya soy de 'derecha'.

PD: ya lo linkee donde dice 'lean a los que saben' pero en verdad insisto en leer el libro 'La comunicación en una sociedad libre' de Albert Esplugas que defiende que el Estado no tiene derecho a censurar las palabras que uno vierte desde su propiedad privada, en este caso un periódico, incluso si hay injurias.

18 de julio de 2011

Pensamientos sueltos sobre street art en Gye.

La gente puede cambiar de opinión, esa es la idea. Mientras más vives, lees y cuestionas, tu pensamiento evoluciona. Quedarse estancado voluntariamente es lo que diferencia al fanático de quien promulga una ideología sin dogma. Hace unos 5 años atrás, antes de que Correa llegue al poder, dos amigos estuvieron presos en la cárcel metropolitana por haber estado rayando paredes. Como evidencia, los robaburros tenían un molde de la cara de Álvaro Noboa con cachos y un par de latas de pintura. Yo había echo el stencil; en ese tiempo no me consideraba liberal, recién nacía este blog (aunque más pepa porque era .com) y los días anteriores a ese viernes, había salido a rayar con ellos.

Luiggi Raffo
 No teníamos reglas claras sobre qué rayar y qué no. Yo no rayaba negocios, pero sí casas. Otros no rayaban casas, pero sí negocios. Todos rayábamos propiedad estatal y lotes abandonados. Graffiteábamos mensajes políticos, porque primero pretendimos hacer arte y nunca nos salió. Aunque no tenga lógica, la primera web de GyeInsumiso la creé como propuesta para un colectivo de arte urbano, pero nunca funcionó y terminó siendo lo que es hoy, una pinche bitácora. Me arrepiento de nunca haber aprendido la técnica como los maestros de Dementzia e Infame en stencil y gente como Skipy, fundador del MFC, en graffiti tradicional. Se podría decir que hacer street art es mi sueño frustrado; por ahora.

En Guayaquil, hay muchos buenos artistas, pero lastimosamente este es un medio que no da para desarrollar mucho.
Creo que el arte urbano es vandalismo. Vandalismo y arte, en eso está su magia. Si el street art no tuviera una parte vandálica, no fuera tan llamativo. Admiro a muchos artistas urbanos, me encantan las obras de muchos graffiteros internacionales y locales; sin embargo no apoyo el hecho de andar pintando paredes ajenas sin permiso.

Lissete Abarca
 La discusión no creo que vaya de si algo es arte o no. Da lo mismo si es un mural bellísimo o un clásico pene eyaculando sobre el nombre de la banda contraria. Lastimosamente hay que tener claros los derechos de propiedad, y nadie puede venir a pintar mi pared sin mi consentimiento escudándose en el arte.

Si me invitan a rayar en este momento, iría pero solo si pintamos sobre paredes abandonadas o sobre propiedad estatal. A la final, la propiedad estatal no es de nadie; perdón es 'de todos'. Si es legítimo llenar de carteles, pancartas y banderas las calles cuando es campaña electoral; entonces también es legítimo pintar un poste, o pegar stickers de guerrilla sobre las paredes de un Ministerio.


Wilton Gomez (Quito)
 Pancho Jaime en su libro 'Tiene razón pero va preso' dice que no apoyaba que los AVC dañaran propiedad estatal porque era un atentado contra lo que es de todos. Es impresionante la cercanía ideológica que tienen muchos buenos ciudadanos con Pancho Jaime, y me gusta citarlo solamente para que les duela. Yo pienso totalmente lo opuesto: la propiedad estatal es del Estado, ese monstruo violador de derechos que atenta día y noche contra mi libertad. Si un edificio se construyó con plata sacada involuntariamente de mis bolsillos, al menos tengo derecho a dibujar mi parte. Aquí si cabe la discusión de si algo es arte o garabatos, pero igual creo que es legítimo.


Christian Intriago
 Rayar sobre propiedad estatal es ilegal, incluso creo que 'más ilegal' (si es que se puede decir eso) que rayar sobre propiedad ajena. Al menos es más perseguido. Es un acto ilegalista, vandálico y bellísimo. En serio admiro a la gente que tuvo los huevos para llenar de colores, a escondidas y de noche, las paredes de un edificio gris y burocrático.

No creo que el Municipio de Guayaquil defienda la propiedad privada. El Municipio es una entidad estatal y defiende lo que le interesa; lo que se ha atribuído que le corresponde: la estética de esta ciudad. La alcaldía pone la estética colectiva, por sobre los derechos individuales. Si alguna vez quiso mandarnos a barrer nuestras terrazas y eligió los colores con que podíamos pintar nuestras casas, el mensaje está clarísimo. Por esto llego a la conclusión de que a los municipales no les importa que se respeten las paredes con dueño; simplemente no les gusta ver street art en la maqueta de su ciudad. Ellos están jugando SimCity y lo que no les gusta lo eliminan. Esos brochazos maltrechos, de un azul vomitivo, son igual de atentado contra la pared ajena que el graffiti original. Si van a gastar plata en tremenda ridiculez, al menos que me pinten la pared completa, no que me dejen esa cosa espantosa ahí. ¿Y si alguien prefería el dibujo a esa mancha azul? ¿Y si yo rayo la fachada de mi casa voluntariamente?

Daniel Adum
Está bien que se busque una manera de protejer la propiedad privada. Como ya dije no creo que sea legítimo rayar paredes ajenas sin permiso, y quien sea atrapado debería reponer el daño. Pero el daño no pasa de ser una pared pintada. La máxima pena para un graffitero debería ser que me pinte la pared nuevamente con los medios que tenga a su alcance, y solamente si soy tan ridiculo para eso. Apuesto a que se llegaría a muchos acuerdos entre las personas y habrían más paredes pintadas y de mejor manera. ¿Quién no dejaría que le pinten la pared que cerca su terreno, de una forma bacán y gratis? Al menos la ciudad se viera más bonita. Desordenada y bonita. Como los buses de antaño, antes de que uniformen el transporte público.

Jorge Jaén
Me parece exagerada la declaración del Municipio en su nueva campaña 'Luca X Sapo'. Si se hubiera creado una recompensa por delatar criminales me parecería perfecto. Pero al Municipio no le importa eso, al Municipio solo le importa que la ciudad esté linda para la foto. Mete en el mismo saco a delincuentes y artistas urbanos. ¿$1000 por atrapar a alguien cuyo daño no cuesta más de $50, siendo generosos con el pintor, no les parece exagerado? Privar de la libertad a alguien por 7 días, y obligarlo a realizar trabajo comunitario, por haber dibujado con marcador sobre un poste es exagerado. Rajarse 7 días de cárcel, por mil dólares, autodenunciándose, me parece buena oferta.

En general sí creo que en Guayaquil hay demasiadas paredes muertas, inutilizadas y por las cuales creo que nadie reclamaría. El arte en esta ciudad se está trasladando a las calles, porque sabe que en los museos y en los espacios regenerados hay un burócrata que no deja que veamos lo que queremos, ni seamos lo que somos. La calle en cambio sí lo permite. En Guayaquil está empezando a suceder lo que ya pasó en Europa en los 80. Para nuestra mala suerte esta es la ciudad que trae a Julian Beever a que pinte una vaya publicitaria, pero pagaría más por la cabeza de Blek le Rat.

No estoy de acuerdo con las subvenciones estatales, así que no voy a abogar para que el gobierno local o central, otorguen fondos para promover el arte urbano. Creo que las cosas tienen que crecer con la independencia y espontaneidad con la que han ido naciendo. Lo que sí me gustaría saber es cuánto gasta el Municipio en pintura azul y en pagarle a los tapa-graffiti. Talvez la pintura sea regalada, pero en el peor de los casos estoy seguro que si esa misma pintura, sin invertir un centavo más, se la dieran a alguno de los tantos artistas de esta ciudad; saldría algo mucho más positivo para nuestros ojos.
También hace unos 5 años, tuve la oportunidad de conversar con Fernando Traverso, y voy a concluír esta divagación con una frase suya sacada de un e-mail que por suerte guardé como referencia:

"No conozco muchas ciudades, pero puedo comparar las que están 'llenas de rayas' con las 'muy limpias' y no tengo dudas en quedarme con las primeras. Con éstas puedo caminar por sus calles viendo la realidad, aprendiendo y reflexionando sobre esa historia viva que transpiran sus paredes. Las otras en cambio venden falsas ilusiones que seguramente se desvanecen puertas adentro."