16 de marzo de 2011

¿Que por qué creo en el libre mercado?

Generalmente la gente me asocia con la izquierda política. Nací en una familia progresista, y la gran mayoría de mis amigos con ideología política son de algún tipo de izquierda. Desde pequeño me fue inculcada la libertad de pensamiento, y la libertad de acción. Recuerdo que mi madre repetía hasta el cansancio la frase de Benito Juárez "El respeto al derecho ajeno es la paz." Fuera de eso, podíamos hacer lo que quisiéramos.

Esa fue mi bandera por mucho tiempo: el derecho que tiene uno a pensar diferente, y hacer lo que le de la gana siempre y cuando no haga daño a terceros. Cuando empecé a interesarme por la política comencé leyendo escritos típicos de izquierda. Mi padre me regaló un libro sobre Ernesto Cardenales que me interesó bastante, aunque creo que empecé con un Marx Para Principiantes de Rius. Sin embargo una mezcla rara y coincidencial entre un artículo donde se criticaba a los "anarquistas traidores" y la música que escuchaba que por lo general eran punkis que hablaban de "anarquía" me llevó a la única ideología que defendía lo que yo siempre defendí.

Encontré a Kropotkin y a Malatesta aunque nunca terminé de comprenderlos. Leí a Bakunin, y entendí lo qué era el anarquismo en su forma más filosófica: la soberanía del individuo. Uno es dueño de sí mismo y nadie más. Conocí el anarquismo individualista y demente de Stirner, y logré ver el punto de vista económico de esos individualistas. Leí a Proudhon y a Benjamin Tucker y comencé a entender qué era el mercado. Hasta que inconscientemente me vi leyendo a Ayn Rand, Rothbard y Hoppe. Recién ahí entendí el punto que faltaba sobre las íes: no se puede hablar de libertad de acción ni de pensamiento, si se coarta la libertad de empresa.

Es más, la libertad de empresa ni siquiera debería llamarse así. Está contemplada dentro de la libertad de acción y punto. La soberanía individual que proclamamos los libertarios, implica que nadie puede mandar sobre mi vida. Solo yo estoy apto para decidir qué hago y qué no hago. Y sí, mi libertad es absoluta siempre y cuando no viole los derechos de terceros.

Mi cuerpo me pertenece y puedo hacer con él lo que me plazca. Me puedo tatuar, me puedo poner aretes, me puedo pintar el pelo, puedo incluso mutilarme si se me antoja. Mi vida me pertenece y a nadie más. Yo decido si quiero comer, tomar, hacer ejercicio, meterme sustancias psicotrópicas o matarme si se me da la gana. ¿Por qué no debería ser igual con mi propiedad?

Es un sinsentido que se defienda la libertad de pensamiento, pero se quiera encarcelar la propiedad. Igual como defiendo el derecho de las mujeres a abortar y de los homosexuales a vivir libremente sin que los jodan, igualmente yo debería tener derecho a ponerme un negocio sin que me estén haciendo la vida imposible.

No soy economista, ni abogado, ni el Dalai Lama. No se si el libre mercado sea justo o injusto, si trae igualdad o desigualdad. A mi no me importa si el laissez faire es mejor o peor económicamente, yo creo que es la única forma ética de vivir. Porque no me parece ético un sistema donde la mayoría decide qué puedo y que no puedo hacer con el fruto de mi trabajo. Porque no soporto vivir en este sistema donde un grupo de mafiosos monopolizadores de la fuerza, me cobran tributo cada vez que se enteran que he producido algo.

Yo soy dueño de mi vida, de mi libertad y de mi propiedad; y mientras no atente contra ninguno de estos derechos de mi vecino, debería poder hacer lo que me da la gana. Ese es el libre mercado en el que creo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

CUAL DE LAS TRES LONGAS ERES VOS ????

O ERES EL HUANCAVILCA QUE VENDE CONTRABANDO CHINO????