22 de julio de 2011

Por suerte no tengo un periódico o por qué defiendo a El Universo

Tengo dos cosas que confesar: al parecer sí soy de 'derecha' y, empiezo a creer en el pensamiento colectivo. Sobre lo diestro, parece no haber discusión: soy un asalariado con alma de burgués, que en nombre de un ideal defiende hasta a las más viles criaturas. Sobre el pensamiento colectivo sigo escéptico, pero el mundo confabula contra mi razón. Ya me pasó con La Descarga, cuando vi el concepto que yo había pensado, realizado en un programa en Argentina. Era exactamente la misma dirección de arte que yo había imaginado sin haber visto ese canal siquiera. Para mala suerte ese programa ya existía y lo nuestro era un experimento.

Anoche volvió a pasar lo mismo, aunque nadie me crea. Fue discutiendo acerca del caso El Universo. Mientras orinaba el sixpack respectivo, me dije para mis adentros: 'si yo fuera uno de los Pérez, sacara la portada en blanco con esa frase maldita de Ayn Rand'. A los cinco minutos me mostraron una foto de la portada y era lo mismo. Obviamente mi frase era más incendiaria, pero el concepto es el mismo. Por eso me lo tomo personal. Me siento tan mal por haber juzgado algún día a los creadores del logo Río 2016.
Un jueves 20 de julio de 2011, se acabó con la poca libertad de opinión que existía en Ecuador.
El juez temporal Juan Paredes en 33 horas tomó posesión del cargo, sustanció la audiencia de juzgamiento, estudió más de 5.000 hojas del expediente, escribió 156 carillas de la sentencia, notificó a las partes y se retiró del cargo.

Trece horas le tomó al juez temporal 15º de Garantías Penales, Juan Paredes, elaborar la sentencia de 156 páginas que recogen los 37 cuerpos del proceso contra Diario EL UNIVERSO por el delito de injuria calumniosa y no calumniosa grave planteado por el presidente Rafael Correa.

El magistrado ordenó tres años de prisión para sus directivos Carlos, César y Nicolás Pérez y el exeditor de Opinión Emilio Palacio, y el pago de $ 30 millones para los mencionados como personas naturales y solidarios y $ 10 millones para la Compañía Anónima EL UNIVERSO como indemnización.
Y pensar que se quejaban cuando los socialcristianos tenían secuestrada a la justicia. No voy a tratar de explicar nada, para eso lean a la gente que sabe; yo solo me pregunto: si uno no puede acusar a quien ostenta un cargo público, manejado con nuestro dinero, entonces ¿qué clase de democracia es esta?

No me cae bien El Universo y pocas veces leí a Emilio Palacios. La verdad es que me era indiferente lo que ladraba desde sus editoriales, hasta ayer. Ahora me siento identificado con sus palabras, incluso con la de Carlos Pérez. No es admisible de ninguna manera, que este tipo de abusos se den tan campantemente.


En El Manantial Ayn Rand cuenta, entre muchas, la historia de Gail Wynand, un personaje individualista, magnate, dueño de un periódico amarillista llamado el New York Banner. Al final de la novela, el New York Banner sufre una huelga de trabajadores, todo se desequilibra, y el sindicato termina 'venciendo' y logran que un enemigo político de Wynand regrese a escribir en el periódico. El caso es totalmente diferente, pero el espíritu es el mismo. El dueño del periódico, luego de perder contra las leyes burocráticas, prefiere destruir su empresa a aceptar lo que no quiere. Él se había prometido a sí mismo que 'el día en que no pueda decir lo que quiera, ni decidir quién trabaja para el Banner, simplemente lo cierro'.

Obviamente había una frase bacansísima en medio de todo eso. Por suerte yo no soy los Pérez, ni soy dueño de un periódico al cual cerraría de pura arrechera y que se joda todo el mundo que dependía de mi. ¿Tan malo soy? ¡Pues entonces que se vayan todos al carajo, y a ver qué hace con mis ex trabajadores este gobierno autócrata e inepto!

Volviendo a la realidad, solo me queda decir que suscribo cada palabra de lo que citan de Ayn Rand, y mi apoyo incondicional va para quienes están siendo callados por el Estado; lo que me llevó a la conclusión que ya soy de 'derecha'.

PD: ya lo linkee donde dice 'lean a los que saben' pero en verdad insisto en leer el libro 'La comunicación en una sociedad libre' de Albert Esplugas que defiende que el Estado no tiene derecho a censurar las palabras que uno vierte desde su propiedad privada, en este caso un periódico, incluso si hay injurias.

1 comentario:

Anónimo dijo...

"Soy un asalariado con alma de burgués, que en nombre de un ideal defiende hasta a las más viles criaturas".

Sigues valiendo verga gordo hijueputa...!!!.

No obstante, en este post, estoy de acuerdo contigo :D :D