18 de julio de 2011

Pensamientos sueltos sobre street art en Gye.

La gente puede cambiar de opinión, esa es la idea. Mientras más vives, lees y cuestionas, tu pensamiento evoluciona. Quedarse estancado voluntariamente es lo que diferencia al fanático de quien promulga una ideología sin dogma. Hace unos 5 años atrás, antes de que Correa llegue al poder, dos amigos estuvieron presos en la cárcel metropolitana por haber estado rayando paredes. Como evidencia, los robaburros tenían un molde de la cara de Álvaro Noboa con cachos y un par de latas de pintura. Yo había echo el stencil; en ese tiempo no me consideraba liberal, recién nacía este blog (aunque más pepa porque era .com) y los días anteriores a ese viernes, había salido a rayar con ellos.

Luiggi Raffo
 No teníamos reglas claras sobre qué rayar y qué no. Yo no rayaba negocios, pero sí casas. Otros no rayaban casas, pero sí negocios. Todos rayábamos propiedad estatal y lotes abandonados. Graffiteábamos mensajes políticos, porque primero pretendimos hacer arte y nunca nos salió. Aunque no tenga lógica, la primera web de GyeInsumiso la creé como propuesta para un colectivo de arte urbano, pero nunca funcionó y terminó siendo lo que es hoy, una pinche bitácora. Me arrepiento de nunca haber aprendido la técnica como los maestros de Dementzia e Infame en stencil y gente como Skipy, fundador del MFC, en graffiti tradicional. Se podría decir que hacer street art es mi sueño frustrado; por ahora.

En Guayaquil, hay muchos buenos artistas, pero lastimosamente este es un medio que no da para desarrollar mucho.
Creo que el arte urbano es vandalismo. Vandalismo y arte, en eso está su magia. Si el street art no tuviera una parte vandálica, no fuera tan llamativo. Admiro a muchos artistas urbanos, me encantan las obras de muchos graffiteros internacionales y locales; sin embargo no apoyo el hecho de andar pintando paredes ajenas sin permiso.

Lissete Abarca
 La discusión no creo que vaya de si algo es arte o no. Da lo mismo si es un mural bellísimo o un clásico pene eyaculando sobre el nombre de la banda contraria. Lastimosamente hay que tener claros los derechos de propiedad, y nadie puede venir a pintar mi pared sin mi consentimiento escudándose en el arte.

Si me invitan a rayar en este momento, iría pero solo si pintamos sobre paredes abandonadas o sobre propiedad estatal. A la final, la propiedad estatal no es de nadie; perdón es 'de todos'. Si es legítimo llenar de carteles, pancartas y banderas las calles cuando es campaña electoral; entonces también es legítimo pintar un poste, o pegar stickers de guerrilla sobre las paredes de un Ministerio.


Wilton Gomez (Quito)
 Pancho Jaime en su libro 'Tiene razón pero va preso' dice que no apoyaba que los AVC dañaran propiedad estatal porque era un atentado contra lo que es de todos. Es impresionante la cercanía ideológica que tienen muchos buenos ciudadanos con Pancho Jaime, y me gusta citarlo solamente para que les duela. Yo pienso totalmente lo opuesto: la propiedad estatal es del Estado, ese monstruo violador de derechos que atenta día y noche contra mi libertad. Si un edificio se construyó con plata sacada involuntariamente de mis bolsillos, al menos tengo derecho a dibujar mi parte. Aquí si cabe la discusión de si algo es arte o garabatos, pero igual creo que es legítimo.


Christian Intriago
 Rayar sobre propiedad estatal es ilegal, incluso creo que 'más ilegal' (si es que se puede decir eso) que rayar sobre propiedad ajena. Al menos es más perseguido. Es un acto ilegalista, vandálico y bellísimo. En serio admiro a la gente que tuvo los huevos para llenar de colores, a escondidas y de noche, las paredes de un edificio gris y burocrático.

No creo que el Municipio de Guayaquil defienda la propiedad privada. El Municipio es una entidad estatal y defiende lo que le interesa; lo que se ha atribuído que le corresponde: la estética de esta ciudad. La alcaldía pone la estética colectiva, por sobre los derechos individuales. Si alguna vez quiso mandarnos a barrer nuestras terrazas y eligió los colores con que podíamos pintar nuestras casas, el mensaje está clarísimo. Por esto llego a la conclusión de que a los municipales no les importa que se respeten las paredes con dueño; simplemente no les gusta ver street art en la maqueta de su ciudad. Ellos están jugando SimCity y lo que no les gusta lo eliminan. Esos brochazos maltrechos, de un azul vomitivo, son igual de atentado contra la pared ajena que el graffiti original. Si van a gastar plata en tremenda ridiculez, al menos que me pinten la pared completa, no que me dejen esa cosa espantosa ahí. ¿Y si alguien prefería el dibujo a esa mancha azul? ¿Y si yo rayo la fachada de mi casa voluntariamente?

Daniel Adum
Está bien que se busque una manera de protejer la propiedad privada. Como ya dije no creo que sea legítimo rayar paredes ajenas sin permiso, y quien sea atrapado debería reponer el daño. Pero el daño no pasa de ser una pared pintada. La máxima pena para un graffitero debería ser que me pinte la pared nuevamente con los medios que tenga a su alcance, y solamente si soy tan ridiculo para eso. Apuesto a que se llegaría a muchos acuerdos entre las personas y habrían más paredes pintadas y de mejor manera. ¿Quién no dejaría que le pinten la pared que cerca su terreno, de una forma bacán y gratis? Al menos la ciudad se viera más bonita. Desordenada y bonita. Como los buses de antaño, antes de que uniformen el transporte público.

Jorge Jaén
Me parece exagerada la declaración del Municipio en su nueva campaña 'Luca X Sapo'. Si se hubiera creado una recompensa por delatar criminales me parecería perfecto. Pero al Municipio no le importa eso, al Municipio solo le importa que la ciudad esté linda para la foto. Mete en el mismo saco a delincuentes y artistas urbanos. ¿$1000 por atrapar a alguien cuyo daño no cuesta más de $50, siendo generosos con el pintor, no les parece exagerado? Privar de la libertad a alguien por 7 días, y obligarlo a realizar trabajo comunitario, por haber dibujado con marcador sobre un poste es exagerado. Rajarse 7 días de cárcel, por mil dólares, autodenunciándose, me parece buena oferta.

En general sí creo que en Guayaquil hay demasiadas paredes muertas, inutilizadas y por las cuales creo que nadie reclamaría. El arte en esta ciudad se está trasladando a las calles, porque sabe que en los museos y en los espacios regenerados hay un burócrata que no deja que veamos lo que queremos, ni seamos lo que somos. La calle en cambio sí lo permite. En Guayaquil está empezando a suceder lo que ya pasó en Europa en los 80. Para nuestra mala suerte esta es la ciudad que trae a Julian Beever a que pinte una vaya publicitaria, pero pagaría más por la cabeza de Blek le Rat.

No estoy de acuerdo con las subvenciones estatales, así que no voy a abogar para que el gobierno local o central, otorguen fondos para promover el arte urbano. Creo que las cosas tienen que crecer con la independencia y espontaneidad con la que han ido naciendo. Lo que sí me gustaría saber es cuánto gasta el Municipio en pintura azul y en pagarle a los tapa-graffiti. Talvez la pintura sea regalada, pero en el peor de los casos estoy seguro que si esa misma pintura, sin invertir un centavo más, se la dieran a alguno de los tantos artistas de esta ciudad; saldría algo mucho más positivo para nuestros ojos.
También hace unos 5 años, tuve la oportunidad de conversar con Fernando Traverso, y voy a concluír esta divagación con una frase suya sacada de un e-mail que por suerte guardé como referencia:

"No conozco muchas ciudades, pero puedo comparar las que están 'llenas de rayas' con las 'muy limpias' y no tengo dudas en quedarme con las primeras. Con éstas puedo caminar por sus calles viendo la realidad, aprendiendo y reflexionando sobre esa historia viva que transpiran sus paredes. Las otras en cambio venden falsas ilusiones que seguramente se desvanecen puertas adentro."

4 comentarios:

Pablo Ibarra dijo...

Muy polémico el asunto este del arte callejero ........ más parece un grito de rebeldía o amargura frente a la sociedad y al sistema represor, alienante y estúpido. Yo lo comparo casi con escribir en internet con seudónimo .... salvo que a las fuerzas represivas y terroristas poco o nada les importa el internet - en Ecuador y por ahora - mientras que les arde el rabo obeso cada vez que observan un : ¡ LAS PUTAS AL PODER SUS HIJOS HAN FRACASADO !

Debo confesar que en más de una oportunidad deseé marcar la impronta : coito ergo sum . En las blancas paredes de la Curia Católica pero la falta de un vigia y cierto temor a ser encanado me negaron esa alternativa.

Por qué se tolera el arte callejeros de uno que otro, y se persigue a los "parias y olvidados". Quizá porque somos una sociedad moderna puramente humanista .... digo no ... digo.
Saludos desde el centro de mi universo.

pdata.- La moderación que haces de tu blog ratifica tu concepción de propiedad. Aunque niega la posibilidad de que algún throll pueda escupir sus amarguras. Y acaso no hay throlls que deambulan manchando groserías en propiedad privada y pública. ¿Tienen los throlls derecho a manchar con su existencia seudo artística la "estética de una ciudad". Tal vez sí pero más bien no.

Pablo Ibarra dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Ernesto Yitux dijo...

Honrado como siempre con tu comentario Pablo. Sí considero que es un tema complicado, por eso ni siquiera me atreví a escribir un 'artículo' sino que preferí anotar todas mi ideas sueltas, párrafo por párrafo.

Considero que la 'estética de una ciudad' no existe. Es decir, no es más que la suma de garabatos que somos cada individuo.

Imagino que tanto derecho tiene un grafitero de dibujar, como un buen vecino de pintar de blanco una pared abandonada y sucia ¿verdad?

Andres Loor dijo...

Me gusta el articulo esta bueno el desarrollo, pero no puedes irte contra la naturaleza del arte urbano este no se fija si es propiedad publica o privada cuando se desarrolla en una pared, ademas en eso radica hacer la pintada donde la pared sea adecuada o perfecta no discrimina si es publica o privada