23 de agosto de 2010

Ley de cine?

Siempre me he preguntado por qué el Estado financia el cine y no la tecnocumbia. Es más fácil y barata de hacer, más divertida y llega a mucha más personas que una de esas raras películas incomprendidas.

Yo soy realizador audiovisual, me gusta el cine y me gustaría algún día poder hacer grandes películas que ganen premios extraños y gusten a los excéntricos de vanguardia. Pero el hecho que me guste algo, no implica que vaya a apoyar que se gasten recursos estatales para incentivarlo.

Es verdad, lo acepto, participé en la convocatoria del CNCINE para los fondos concursables con la esperanza de poder financiar el corto que tengo en la punta de la lengua hace casi dos años. Es una situación media confusa, pero en mi defensa digo que el hecho que pasee por las calles y disfrute de los parques estatales, no quiere decir que sea estatista. Mi seguro médico es estatal, y aún así defiendo la desmonopolización de la salud.

Lo importante aquí es que yo no defiendo la ley de cine. Escribo esto porque leo una convocatoria donde se llama a todos "quienes hace o sueñan con hacer cine" a defender la ley. Y no es así. Si la ley existe, trataré de aprovecharme de ella, sino existe que pena, y si la eliminan pues mucho mejor para todos.

No estoy de acuerdo con que el Estado financie con la plata de todos, determinadas actividades de unos cuantos. Mucho menos le encuentro sentido a que se discriminen algunas para financiar el cine. Bien podría ser el pole dance, o el patinaje en hielo, o el graffiti, o las funciones de títeres. Por qué invertir cientos de miles de dólares para que tres gatos filmen una película al año. Película que para colmo, la inmensa mayoría de quienes pagan impuestos ni siquiera verá, porque no le interesa un carajo.

Mi lógica es la siguiente: si a la inmensa mayoría de personas les gustara, interesara, o al menos quisieran apoyar a los cineastas ecuatorianos; entonces no sería necesario financiarse a través de impuestos. Lastimosamente no es así, y como siempre digo: si algo no puede pagarse por sí sólo pues es porque a nadie le importa y no tiene razón de ser más que el propio ego y satisfacción de quien lo realiza. Por algo somos artistas. Tan solo debemos entender que si nadie paga por ver nuestra "obra", entonces estamos condenados o a dejar de hacerla o a buscar nuestros propios medios para hacerla, pero no tenemos ningún derecho a saquear los bolsillos ajenos para financiarla.

Es un camino difícil, es verdad. Parecido al de un músico, teatrero, mago o pintor que quiera dedicar su vida a expresarse a través de su técnica. Talvez un poco más difícil debido a la elevadísima diferencia entre los costos de grabar un disco y filmar un largometraje, pero es lo que elegimos. Se supone que es lo que nos gusta.

Mi sueño dorado es encontrar una vieja rica, con plata, a la que le encante el sexo oral, y que esté dispuesta a ser mi mecenas. Mientras eso no pase, me tocará partirme el lomo para ahorrar algo, y buscar y buscar apoyo financiero en empresas, fundaciones, amigos, familia, etc; pero no me quedaré de brazos cruzados por falta de presupuesto. Mucho menos saldré a la calle a lloriquear para que los burócratas decidan costearme lo que talvez sea uno de los más grandes caprichos de mi vida: hacer cine.

7 comentarios:

Juan Montalvo dijo...

"Si la ley existe, trataré de aprovecharme de ella, sino existe que pena, y si la eliminan pues mucho mejor para todos."


Amén

Pablo Ibarra dijo...

Si no te molesta antes que hablar del dichoso proyecto de ley correano, quisiera hacerte algunas preguntas acerca de tu documental sobre los informales en Guayaquil, por ejemplo qué tipo de cámaras usaste, cuántas cámaras, cuántas personas colaboraron en la realización del trabajo, qué estudios tienes sobre cinematografía; y si es posible, saber si conseguiste amortizar los costos de producción y venta.

Pdata: acerca de la veterana ninfómana está de que le tires los perros a la Joyce Higgins o a la Gloria Gallardo Zavala seguro que cualquiera de esas vieja te financia cualquier cosa, eso sí, no te olvides de tomar una docena de Alka Seltzers cada vez que comas bagre.

Yo pues!! dijo...

Aplausos hasta q me sangren las manos!!!!

Ernesto Yitux dijo...

El documental fue grabado en miniDV NTSC, con dos cámaras. Una profesional alquilada (Canon XL1) y una caserita de mi propiedad (Panasonic GS180). Fue montado y postproducido en mi Pc. Contamos con la ayuda de una amiga diseñadora que se encargó de la portada del DVD, así como varios panas que acolitaron esporádicamente en lo que podían; pero básicamente andresHC y yo nos encargamos de todo, desde programar las entrevistas hasta crear los zócalos para la sobreimposición de nombres. Utilizamos material de archivo de varios canales de televisión, así como grabaciones que nos fueron facilitadas por diversas personas y organizaciones.

Todo el presupuesto salió de mis ahorros y del sueldo de Andrés en ese entonces. Y no, no hemos recuperado nada de lo que se invirtió en el video. De hecho por falta de dinero no hemos podido sacar las copias respectivas para enviarlo a festivales internacionales.

Acerca de mi formación cinematográfica, algo se. Puedes ver algunos de mis trabajos en la misma cuenta de youtube donde está el trailer (el video que sale arriba a la derecha de este blog). Andrés no es tan fan de la tecnología pero se encuentra trabajando de asistente de dirección, en un documental con reconocidos realizadores guayaquileños.

Ahora sí, espero tu comentario sobre el post jaja

Pablo Ibarra dijo...

Gracias por responder las inquietudes.
Sobre el post me surgen ciertas dudas acerca del pragmatismo, el proactivismo y la capacidad para adaptarse al medio. Personalmente esa concepción darwiniana, en términos sociales me resulta antipática por inmoral y hasta siniestra. Qué sucede cuando la ley es evidentemente perversa, ¿debemos aprovecharnos de ella? Los conservadores mercantilstas y los burócratas socialistas ciertamente lo hacen, luego simplemente van donde el cura Arregui los unos, y donde el cura Luna Tobar los otros, y listo: limpiecitos para seguir beneficandose de sus leyes y reglamentos algunos ciertamente inspirados en la "sacrosanta" religión cristiana.

Ernesto Yitux dijo...

¿Cuál concepción darwiniana?

Sinceramente creo que todos nos aprovechamos de las leyes. No soy estatista, pero no puedo dejar de camiar por calles estatales. Si me enfermo y no tengo plata iré al hospital del seguro. Mis hermanas estudiaron en escuela fiscal. Y así sucesivamente.

El estado es un agresor por naturaleza, la forma más coherente de oponerse a esto es no siendo cómplice. Pero hasta qué punto soy cómplice o no? Puedo decidir no aceptar un cargo público, o no aceptar el dinero del CNCINE, o no ir a eventos gratuitos organizados por el gobierno, o no usar las carreteras, o no aceptar la colada escolar.

¿Hasta qué punto me debo negar para no caer en la inmoralidad o en hipocresía?

Pablo Ibarra dijo...

¿Quienes hacen las leyes?, generalmente, las hacen los testaferros de los oligarcas y los burócratas dorados, a instancias y apetitos de éstos. Gobierno de oligarcas y burócratas por oligarcas y burócratas y para oligarcas y burócratas. ¿Quiénes proliferan o prosperan es esa "Democracia" de mafias? Darwinismo social.
No estoy hablando de puritanismos o rigorismos, señalo que volverse pragmático en ambientes sociales y legales corrompidos es bastante peligroso porque si no tienes valores férreamente consolidados puedes terminar convertido en el monstruo que detestas.