23 de diciembre de 2008

La acción de los agentes de la Policía Metropolitana y los Derechos Humanos en el cantón Guayaquil.

El presente informe recoge una serie de relatos breves de casos relevantes ocurridos en la provincia del Guayas en el período 2001-2003, denunciados y bajo seguimiento de la CDH (Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos)

Casos

Detención y ejecución de Joffre Antonio Aroca Palma.

La madrugada del 27 de febrero del año 2001, a las 03h30, en las calles Pedro Pablo Gómez y la 17ava de la ciudad de Guayaquil, el joven Joffre Antonio Aroca Palma de 21 años de edad, se encontraba junto con unos amigos esperando el transporte de un tour que los dirija a un balneario, llegó al lugar la camioneta # 115 del Plan Municipal “Más Seguridad” procediendo los Policías Nacionales y Metropolitanos a solicitarles los documentos de identidad e indicar que se retiren del lugar. Joffre Aroca manifestó que no estaban haciendo nada malo y se negó a presentar sus documentos de identidad, siendo agredido y embarcado en la patrulla.

El joven fue conducido por los agentes a la explanada del Estado Monumental del “Barcelona Sporting Club”, lugar despoblado, (...) donde lo habría ejecutado por la espalda y abandonado el cadáver en su lugar.

(…)

Una semana después que se encubriera el cadáver, y que el caso fuera recogido por la prensa, uno de los agentes de la Policía Metropolitana que se encontraba presentes en el momento de los hechos fue identificado por los moradores del sector y confesó el incidente a su superior y los dos miembros de la Policía Nacional implicados en los hechos fueron detenidos

(…) los cuales fueron puestos en libertad y reintegrados a las filas de la Policía Metropolitana.

Hasta el momento tampoco los dos Policías Nacionales se encuentran en prisión.

El caso se encuentra en conocimiento de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.


Desmanes y represión en reorganización de mercado Pedro Pablo Gómez.

El 12 de marzo del 2001 se dieron enfrentamientos en el centro de la ciudad de Guayaquil cuando una marcha de comerciantes del mercado PPG organizados en el Frente Unido de Comerciantes se dirigía al Municipio de Guayaquil a intentar dialogar con el alcalde para pedir la revocatoria de la orden de desalojo del mercado. La marcha pacífica derivó en enfrentamientos cuando la Policía Nacional y Metropolitana intervino con bombas lacrimógenas para dispersar a los manifestantes. Tres vehículos municipales sufrieron roturas de vidrios. El alcalde Jaime Nebot, indicó a los medios de comunicación que los comerciantes tenían plazo hasta el 31 de marzo para desalojar voluntariamente el mercado.

Aproximadamente a las 23h30 del miércoles 28 de marzo y durante la madrugada del 29 de marzo del 2001, se realizó un operativo sorpresa con aproximadamente 500 agentes de Policía Nacional, Policía Metropolitana y de la Comisión de Tránsito del Guayas, mediante el cual el Municipio de Guayaquil procedió a desalojar aproximadamente a 1100 comerciantes del mercado Machala o Pedro Pablo Gómez, cercando con planchas metálicas todo el lugar. El mercado, que abarca una cuadra, fue completamente demolido en menos de 24 horas. Durante las acciones fueron detenidos 17 comerciantes.

(…)

Posteriormente en enero del 2002, entre los días 10, 14 y 23, delegados municipales procedieron a clausurar aproximadamente 200 locales ubicados en el perímetro de la calle Pedro Pablo Gómez. Los comerciantes realizaron manifestaciones y se enfrentaron durante ocho horas a policías y metropolitanos. (…) Los sellos de clausura no indicaban de manera concreta las razones para dicha sanción solo manifestaba de manera general “violación de ordenanzas municipales”. (…)

El 4 de abril del 2002, el Municipio de Guayaquil denunció penalmente a Ricardo Villalobos, Manuel Sistema, Segundo Auquilla, Juan Boni, Héctor Paguay, Mario Latorre, Braulio Fierro, Wilfredo Lema, entre otros, todos ellos dirigentes del Frente Unido de Comerciantes de la calle Pedro Pablo Gómez acusándolos de haber causado desmanes y destrozos en el mercado de la Terminal de Transferencia de Víveres. Los incidentes que se dieron en el mercado de la TTV, la madrugada del 4 de abril del 2002 se habrían originado según versiones de prensa, debido a la extorsión que serían víctimas los comerciantes por parte de personal y policías municipales. Ese mismo día la fiscalía, en la instrucción 14-2002, solicitó la orden de detención para todos los nombrados.


Expropiación en sector de La Maternidad.

El M.I Municipio de Guayaquil, el 4 de abril del 2002, declaró de utilidad pública con fines de expropiación los inmuebles ubicados entre las calles Franco Dávila, Huancavilca, Seis de Marzo y Pío Montúfar, en el centro-sur de Guayaquil.

La madrugada del 22 y 23 de Agosto del 2002, se desarrolló un operativo combinado entre agentes de Policía Nacional, Policía Metropolitana y civiles (presuntamente funcionarios del Municipio), quienes cercaron con mallas de metal el perímetro del sector a expropiar, circunstancias en que se produjeron varias violaciones a los Derechos Humanos de los moradores por parte de los agentes del orden y civiles armados. (…) El operativo se desarrolló de manera sorpresiva en horas de la madrugada, durante el operativo se hizo uso de excesiva fuerza de parte de los Policías Metropolitanos y agentes de civil vestidos de guayabera contra los moradores, entre ellos mujeres y ancianos. Se realizaron detenciones arbitrarias durante el operativo como en los días siguientes, violaciones a domicilios, agresiones físicas, amenazas e intimidaciones.

El 7 de enero del 2003, a los moradores de este sector se les cortó los servicios básicos: agua potable, energía eléctrica y teléfono. Sus viviendas comenzaron a ser demolidas por maquinaria municipal, aún cuando se encontraban habitadas y en pleno curso las acciones de Amparo Constitucional presentado por los afectados.


Detención a periodista

El 11 de diciembre de 2002, el reportero Jorge Alvarado y el fotógrafo Alfredo Piedrahita, del equipo periodístico del Diario Expreso, cuando se encontraban en la Av. 9 de Octubre cubriendo un operativo de Policías Metropolitanos para control de canillitas que exhibían permisos para venta de periódicos, fueron agredidos brutalmente por los agentes, siendo detenido Alfredo Piedrahita y embarcado en el camión municipal N° 01 y a Jorge Alvarado le arrebataron la cámara fotográfica.


Detenciones arbitrarias, maltratos a menores, maltrato a defensora de los DDHH de los niños.

El miércoles 19 de marzo del 2003, los cinco hermanos Caicedo Quintero, menores de edad entre 9 y 16 años, beneficiarios del Programa Muchacho Trabajador, PMT, fueron detenidos por elementos de la Policía Metropolitana cuando vendían agua y caramelos, siendo trasladados hasta el Cuarte de la Policía Metropolitana e ingresados en una celda con adultos. Además fue detenido arbitrariamente el padre de los menores, señor Andrés Caicedo, al intentar averiguar sobre el paradero de sus hijos en el cuartel municipal.

El 21 de marzo, la Pedagoga Macia Vernaza M., educadora del PMT, sufrió maltrato verbal de parte del Ab. Andrés Roche, Director del Departamento de Justicia y Vigilancia del Municipio de Guayaquil, al solicitarle la inmediata libertad a que tenían derecho los menores en mención, amenazándola con detenerla y siendo desalojada por la fuerza.

(…)


Persecución, detenciones arbitrarias, maltratos a vendedores de gaseosa.

Desde el mes de mayo del 2003, la policía metropolitana empezó a detener a vendedores ambulantes de gaseosas y a clausurar depósitos y despensas, que distribuían ciertas marcas de gaseosas.

El viernes 16 de mayo del 2003 la Municipalidad de Guayaquil, mediante publicación en diversos medios de comunicación, suscrita por cuatro directores departamentales y bajo el título “PREVENCIONES E INFORMACIÓN MUNICIPAL A LOS QUE VENDEN Y HACEN VENDER COLAS EN LAS CALLES DE GUAYAQUIL” prohíbe la venta de 4 marcas de gaseosas producidas en Perú, aduciendo una distribución anormal del producto y motivos de orden y limpieza urbana, e indicando sanciones de $40 de multa y 7 días de prisión.

El miércoles 4 de junio del 2003, ciudadanos organizados en la Asociación de Vendedores Ambulantes de Gaseosas acudieron a la Comisión de Derechos Humanos del H. Congreso Nacional, sede Guayaquil, a una cita, que supuestamente había gestionado dicho organismo con el Ing. Gustavo Zúñiga Director de Aseo Urbano del Municipio de Guayaquil, con el fin de tratar sobre la problemática derivada de la prohibición para vender, en el sector de Regeneración Urbana, ciertas marcas de gaseosas que no tenían autorización municipal. En esas circunstancias y encontrándose en los bajos del Banco Central, en las calles Pichincha y 9 de Octubre, el centro de la ciudad, aproximadamente sesenta miembros de la asociación fueron rodeados por policías metropolitanos e inspectores municipales, vestidos con guayaberas, quienes habrían insultado y detenido a catorce asociados. Según versión de los afectados, los metropolitanos rociaron gas lacrimógeno en el rostro y golpearon a varios de los comerciantes, entre hombres y mujeres.

El CDH dirigió una comunicación al Ab. Jaime Nebot, Alcalde de Guayaquil, solicitando investigar la agresión, sin tener resultados hasta la fecha.

(…)

Discriminación a discapacitados.

El 5 de junio del 2003, treinta y ocho no videntes que durante años han laborado alquilando teléfonos en la Av. 9 de Octubre y en las calles aledañas, denunciaron que por disposición municipal fueron desalojados de la zona de regeneración urbana por parte de agentes de la Policía Metropolitana.

Según la denuncia la disposición señala que ningún discapacitado trabaje en dicho sector prestando servicio telefónico puesto que se procederían a instalar cabinas telefónicas. Los denunciantes exigen ser tomados en cuenta para el uso de estas cabinas ajustándose a los requerimientos municipales.

Agresión a periodistas.

El 18 de junio del 2003, durante un operativo para el desalojo de comerciantes en el sector de la Cooperativa Pancho Jácome, que movilizó a un centenar de Policías Metropolitanos y agentes de civil sin identificación, el fotógrafo del Diario El Universo, Martín Herrera, fue agredido fuertemente y despojado de su equipo fotográfico por parte de un grupo de Policías Metropolitanos. El equipo fue recuperado inservible horas después.

Durante el operativo fue agredido igualmente Xavier Ruiz, camarógrafo de ECUAVISA a quien un Policía Municipal le roció gas lacrimógeno en el rostro provocándole síntomas de asfixia, e intentaron quitar el equipo fotográfico de Alex Lima, fotógrafo de Diario Expreso. También comerciantes del sector fueron brutalmente agredidos. Todos estos hechos fueron grabados y difundidos por los canales de televisión.
Por estos hechos el Alcalde de Guayaquil sancionó al Policía Metropolitano Andy Figueroa despidiéndolo de su puesto y sancionó administrativamente a Moisés Sandoval.

El diario El Universo el 2 de agosto del 2003, denunció una serie de hechos contra la libertad de información y obstrucciones a la labor periodística por parte de Policías Metropolitanos que aducían falta de autorización, cuando hacían coberturas en lugares públicos renegreados por el Municipio.

Represión a marcha de jubilados.

El 18 de julio del 2003, en conmemoración al Día del Jubilado, agentes de la Policía Metropolitana trataron de impedir un desfile de los jubilados que partía de la Av. Olmedo hasta el local de la Casa de la Cultura donde se iba a efectuar una sesión solemne. Los jubilados contaban con el respectivo permiso otorgado por la intendencia de Policía. (…)

Igualmente el 21 de agosto del 2003, agentes metropolitanos y policiales impidieron el desarrollo de una marcha de 16 asociaciones de jubilados que estaban en contra del proyecto de seguro municipal.


Agresión a comerciante.

El 10 de octubre de 2003, Rosario Llumitaxi, vendedora informal de espumas de 40 años de edad, fue perseguida por Policías Metropolitanos mientras cruzaba la calle García Avilés y Vélez, lanzada al piso y golpeada, al intentar llevarla detenida la gente del lugar protestó y lo impidió.

Intimidación, detenciones arbitrarias, maltratos a dirigentes sociales.

(…)

El 14 de octubre de 2003, organizaciones de jubilados, profesores y campesinos opuestas al proyecto de crear un Seguro Social Municipal, desarrollaron una marcha pacífica que fue fuertemente reprimida por Policías Nacionales, Policías Metropolitanos y sujetos de civil (…) La televisión transmitió las imágenes de Antonio Parea, dirigente del Seguro Social Campesino, cuando era pateado en el piso por una persona de civil.

El Gobernador de la Provincia confirmó que fue personal del Municipio quien maltrató a los dirigentes, según apareció en versiones de prensa.

Comentarios generales.

(…)

El desarrollo de la ciudad no debe estar solamente representado en obras ornamentales, sino principalmente en el disfrute de derechos y libertades fundamentales, cuyo respeto y garantía también corresponde al Municipio.

(…)

Proponemos a la Alcaldía liderar un proceso de planificación sobre la seguridad ciudadana que involucre la participación amplia de todos los sectores sociales, para lo cual los organismos de Derechos Humanos tenemos propuestas específicas.

El espíritu del presente informe y la filosofía de trabajo del CDH es aportar a mejorar la convivencia ciudadana construida a base del respeto incondicional a los Derechos Humanos de todos y todas.

Guayaquil, noviembre 2003



Este fue un informe facilitado por los compas del CDH, sin embargo solo llega hasta el 2003. A partir de esta fecha hasta el día de hoy han habido gran cantidad de casos más. Entre los que me acuerdo están:

5 de enero del 2004.- Un operativo de desalojo en el mercado de la PPG, termina en enfrentamientos y deja un herido, Humberto Berrezueta.

13 de mayo del 2004.- Policías Metropolitanos agreden a el menor Carlos Torres Giler de 12 años, unos días después un periodista de Radio Morena anunció equivocadamente que el menor había muerto. Esta noticia desató la furia de los comerciantes informales quienes se volcaron a las calles Pedro Carbo y 10 de Agosto donde hubo enfrentamientos con la Policía Metropolitana. Terminó en 19 comerciantes presos, y muchos heridos.
12 de agosto del 2004.- Personal del Municipio clausuró más de cinco bodegas del sector de las calles Ayacucho y Antepara, las que fueron reselladas por orden de las direcciones de Aseo Urbano y de Justicia y Vigilancia de la Municipalidad de Guayaquil.

10 de enero del 2005.- Un operativo para desalojar la PPG, terminó en enfrentamientos entre Policía Metropolitana, Policía Nacional, contra unos 300 comerciantes que se negaban a dejar sus puestos de trabajo. Como resultado quedaron varios heridos y 5 comerciantes presos. Este día un comerciante recibió 7 balazos de goma en el cuerpo por lo que fue hospitalizado, y otro perdió la pierna debido a los golpes sufridos. El Ing. Zúñiga declaró que las balas debieron haber sido de "los comerciantes mismo".

2006.- No recuerdo la fecha. Pero el caso es que un comerciante fue detenido arbitrariamente por guardias privados de la regeneración urbana. Al negarse este a entregar la mercadería, los guardias procedieron a subirlo a una camioneta y se lo golpearon y quemaron con colillas de cigarrillos. Cuando fue puesto en libertad, el comerciante hizo un campamente afuera de la Corte Suprema pidiendo justicia. Puso una carpa y unos carteles con las fotos de las quemaduras que había sufrido. Una de esas noches, llegaron más elementos de la misma empresa y lo sacaron de la carpa y fueron agredidos, él y su mujer que lo acompañaba esa noche. Aparte destruyeron y se llevaron los carteles y las demás evidencias y volante que repartía.

Agosto y Septiembre del 2006.- En rechazo al servicio de transporte de la Metrovía, se desarrollaron varias manifestaciones en La Pradera y en la Floresta, las cuales fueron reprimidas por Policías Metropolitanos. Penas de entre 8 y 12 años de prisión enfrentan los tres ciudadanos detenidos el 14 de agosto pasado por bloquear, en una protesta, el paso de la Metrovía en la ciudadela La Floresta, al sur de la ciudad. La fundación Metrovía y el Municipio de Guayaquil formalizaron la acusación particular contra Johnson García Matute, Olmedo Malagón Valero y Jorge Gilbert Camacho.

"Quienes sean detenidos por paralizar la Metrovía deberán comprarse un libro muy grande porque pasarán mucho tiempo en la cárcel." Federico von Buchwald, presidente de Fundación Metrovía

Estos días los reporteros y camarógrafos de Canal1 también fueron agredidos por grabar las violaciones por parte de la fuerza pública.

"Hubo muchos abusos por parte de la Policía que desalojó a los manifestantes... fui testigo de la agresión a una mujer por parte de un uniformado."Christian Vera, asistente de cámara de Canal Uno

2008.- Lo que ya sabemos respecto a lo sucedido el 20 de mayo y el 10 de junio del presente año, cuando comerciantes informales que se manifestaban fueron reprimidos por Policía Metropolitana así como por personal del municipio vestidos de civil.

El 10 de junio, luego de la marcha y de los enfrentamientos, en la zona del Mercado Central, fue detenido el señor Salazar Haro de 40 años y con síndrome de down en un 60%. Fue apresado por ayudar a una señora que estaba siendo violentada por policías metropolitanos. Lo llevaron al cuartel municipal, donde su padre alcanzó a verlo. Al día siguiente, cuando su padre fue a hacer los trámites pertinentes para conseguir su libertad, la Policía Metropolitana niega su detención y acusa de demencia al padre de Salazar. El Alcalde de la ciudad, al no enterarse de este percanse, así como de la situación de Salazar Haro, muestra su carnet en sus declaraciones acusándolo de dirigente informal e incitador de la violencia. Esto probaba el hecho de que sí había sido detenido, sin embargo en el cuartel municipal seguían negando su detención. Esa misma noche, apareció abandonado y con señales de maltrato en la vía Perimetral a la altura de la Penitenciaría.

Esto, más todo lo que no está escrito en ningún informe, sino que es lo que vivimos día a día en las calles de la ciudad, es el saldo de la administración local, en cuanto a Derechos Humanos se trata. Nada más que decir, cada cual piense lo que quiera.

22 de diciembre de 2008

Que muera el poder!

Repiten un experimento sobre la disposición humana a torturar y encuentran los mismos resultados.

Quizás ha sido el experimento científico más tristemente célebre de las últimas décadas, porque mostró evidencias convincentes de que todos somos capaces de ejercer una gran maldad.Ahora, 50 años después, científicos de Estados Unidos repitieron la llamada "prueba Milgram". Y volvieron a llegar a la conclusión de que la gente sigue dispuesta a infligir dolor a los demás, si se los pide una autoridad.

La prueba consistía en que los voluntarios debían aplicar lo que creían que eran dolorosas descargas eléctricas a otros voluntarios (que eran en realidad actores), cuando eran incitados por una figura de autoridad.

Los investigadores de la Universidad de Santa Clara, en California, encontraron que aún cuando los actores daban (falsos) gritos de dolor, el 70% de los participantes estaban dispuestos a aumentar el voltaje de las descargas.

Las tasas de obediencia de los participantes fueron ligeramente menores que las del experimento Milgram, dicen los autores en "American Psychologist", la revista de la Asociación Psicológica Estadounidense.

¿Hemos aprendido?

"Al conocer el trabajo de Milgram, la gente a menudo se preguntan si hoy en día los resultados serían distintos", explicó el doctor Jerry Burger, quien dirigió el nuevo experimento.

"Muchos creían que, después de las lecciones del Holocausto, ha habido una mayor conciencia social sobre los peligros de la obediencia ciega".

"Pero lo que encontramos fue que los mismos factores situacionales que tuvieron un impacto en la obediencia en el experimento de Milgram, siguen operando hoy en día", agregó el científico. El experimento original, publicado en 1963, fue llevado a cabo por el profesor Stanley Milgram, de la Universidad de Yale.

El científico reclutó voluntarios para probar el efecto del castigo y el aprendizaje. Para eso, se le hizo creer a los voluntarios (que tenían el papel de maestros) que estaban aplicando choques eléctricos cada vez más potentes a otra persona (que tenía el papel de alumno), ubicada en un cuarto separado.

También se les hizo creer que "un científico" era la figura de autoridad conduciendo el experimento, y éste debía incitar al "maestro" a que continuara aplicando descargas sobre el "alumno".

En realidad, tanto el científico como el alumno eran actores y la supuesta máquina generadora de descargas eléctricas era falsa.

Milgram encontró que, después de escuchar los primeros gritos de dolor de los alumnos con una descarga de 150 voltios, el 82,5% de los "maestros" voluntarios continuó aplicando descargas. De éstos, el 79% continuó con las descargas hasta el límite del generador, a 450 voltios.

El estudio, además, no encontró diferencias entre hombres y mujeres.

Consternados

En el nuevo experimento, llevado a cabo por el doctor Jerry Burger, 70% de los participantes estaban dispuestos a continuar con las descargas después de los 150 voltios, pero no se les permitió hacerlo.

Al parecer, los voluntarios del experimento original que se mostraron dispuestos a infligir dolor hasta el límite del generador eléctrico quedaron muy consternados tras la prueba.

"Casi cuatro de cada cinco participantes en la prueba Milgram que continuaron después de los 15 voltios llegaron hasta el límite del generador" explicó el doctor Burger.

"Debido a este patrón, al darnos cuenta de la reacción de los participantes al aplicar los 150 voltios, pudimos hacer una conjetura razonable de lo que hubieran hecho si hubieran continuado con el procedimiento", agregó.

Las técnicas del profesor Milgram han sido muy debatidas desde que se publicó su investigación. Como resultado, se han establecido códigos éticos para los psicólogos y medidas de control en las investigaciones experimentales para prevenir una duplicación exacta del experimento Milgram. Y para que ésta fuera aprobada por las autoridades universitarias, Burger determinó que en su experimento 150 voltios sería el límite máximo que se aplicaría.

Obediencia ciega

De cualquier forma, la vasta mayoría de los 29 hombres y 41 mujeres que tomaron parte, se mostraron dispuestos a apretar el botón de descarga, sabiendo que causarían daño a otro ser humano.

Incluso cuando otro "científico" (actor) entraba al cuarto y cuestionaba lo que estaba ocurriendo, la mayoría estaba dispuesta a continuar.

Tal como explica el investigador, no es que algo estuviera "mal" con los voluntarios.
Simplemente, es que cuando se nos coloca bajo presión, los seres humanos a menudo hacemos cosas "perturbadoras".

Los resultados del estudio, afirman los expertos, podrían explicar parcialmente por qué en tiempo de guerra y conflicto la gente está dispuesta a tomar parte en un genocidio.

Tal como señala el profesor Alan Elms, de la Universidad de California, en Davis, quien participó en el experimento Milgram en 1961, "el nuevo experimento fue "suavizado", rebajando el límite de las descargas y por lo tanto las condiciones fueron menos estresantes".

"Sin embargo, las conclusiones no son menos perturbadoras: el límite de crueldad de la humanidad, como todo lo demás, depende de las condiciones", dice.

"Parecemos estar programados para cumplir órdenes -agrega- incluso si éstas dañan a los demás".

"Y es claro que, a pesar de todos los espectáculos de horror de la humanidad en el pasado, todavía no logramos entender el mensaje", expresa el científico.

BBC Mundo.com - Todos los derechos reservados. Se prohíbe todo tipo de reproducción sin la debida autorización por escrito de parte de la BBC. (jajajajajajaj)

Experimentos macabros como éste, que hacen ver lo vil y enfermos que somos los humanos, siempre me han gustado jajaja.

Aparte, políticamente las concluciones sacadas me parece una razón más para ser anarquista. La estupidez en nuestra naturaleza humana no creo que se pueda eliminar, y en todo caso sería cuestión de evolución propia de la especie; en cambio el poder que tienen ciertas personas sobre los demás, sí se puede eliminar, y depende netamente de nosotros y de una revolución en la sociedad.

No hay que esperar a que los humanos seamos perfectos para que este sistema basado en la autoridad tenga funcionalidad. Hay que eliminar la autoridad, para que los humanos imperfectos podamos vivir en verdadera paz y libertad.


"Ejercer poder corrompe, someterse a él degrada. Muerte al poder!"

Mijaíl Bakunin

21 de diciembre de 2008

Acuerdos mutuos y proxenetismo

Yo soy animador 3D. Quizás sea un buen animador, quizás no. Trabajo en mi casa (supongamos que trabajo jaja). Yo mismo busco mis clientes. Como reparto mi tiempo en trabajar y buscar clientes, no tengo mucho tiempo para buscar más clientes y no puedo crecer empresarialmente. Me gustaría tener más clientes y más dinero, pero no puedo. Derrepente aparece Gieppeto que me propone hacer un trato: él buscará los clientes por mí, y así yo podré dedicarme netamente al 3D. Como parte del trato propone triplicarme el número de trabajos en un mes, y así mismo, me pide que por cada trabajo yo le dé X% de mis ingresos. Acordamos y empezamos a trabajar como socios. El trato es libre, voluntario y por ende justo, pues si a alguna de las partes no le hubiera parecido justo no lo hubiera aceptado. Él busca clientes y se encarga de eso y yo me dedico a lo mío aumentando considerablemente la calidad de mi trabajo. En poco tiempo me vuelvo famoso y tenemos hartos trabajos y harto dinero. Yo no soy esclavo de Gieppeto, Gieppeto no es esclavo mío. Gieppeto no me explota, yo no exploto a Gieppeto. Gieppeto se aprovecha de mí tanto como yo me aprovecho de él, pues de eso se trata el trabajo asociado. Asociados logramos salir adelante pues en caso contrario, cada cual por su lado hubiéramos (quizás) fracasado. No hay nada de ilegítimo en nuestra actividad, ni en nuestro acuerdo mutuo. Nadie, incluido el Estado, puede prohibirnos trabajar como hemos decidido, argumentando supuestas injusticias. Verdad?

Si estamos de acuerdo hasta aquí, siga leyendo.

Si el caso anterior es legítimo y no puede ser prohibido por subjetividades ni por argumentos morales, ¿qué pasa con el siguiente caso?

lindo estereotipo

Yo soy prostituta. Quizás sea una buena prostituta, quizás no. Trabajo en una esquina. Yo mismo busco mis clientes. Como reparto mi tiempo en trabajar y buscar clientes, no tengo mucho tiempo para buscar clientes y no puedo crecer empresarialmente. Me gustaría tener más clientela y por ende más dinero, pero no puedo. De repente aparece Gieppeto y me propone hacer un trato: él buscará los clientes por mí, y así yo podré dedicarme netamente al sexo prepagado. Como parte del trato, propone tripicarme el número de clientes en el mes, y así mismo me pide que por cada trabajo yo le dé X% de mis ingresos. Acordamos y empezamos a trabajar como socios. El trato es libre, voluntario y justo, pues si a alguna de las partes no le hubiera convendrido no lo hubiera aceptado. Él busca clientes y se encarga de eso y yo me dedico a lo mío. En poco tiempo me vuelvo famosa y tenemos hartos clientes y harto dinero. Yo no soy esclava de Gieppeto, Gieppeto no es mi esclavo. Gieppeto no me explota, yo no exploto a Gieppeto. Gieppeto se aprovecha de mí, tanto como yo me aprovecho de él, pues de eso se trata el trabajo asociado. Asociados logramos salir adelante, pues en caso contraro, cada cual por su lado hubieramos (quizás) fracasado. No hay nada de ilegítimo en nuestra actividad, ni en nuestro acuerdo mutuo. Nadie, incluido el Estado, puede prohibirnos trabajar como hemos decidido, argumentando supuestas injusticias. Verdad?

Bajo esta lógica, no existe nada de ilegítimo en ser chulo. Quizás sea moralmente inaceptable, para muchas mentes, pero éticamente no está violando ningún derecho (recordemos, como siempre, la diferencia entre moral personal y ética política). Ejercer el proxenetismo no es un crimen per se.

Desde feministas hasta cristianos ortodoxos podrán argumentar que el proxeneta es un ser degenerado y degrada la dignidad de la mujer y un sin fin de etcéteras. Pero éstos argumentos no son más que apreciaciones subjetivas, basadas en una moral personal, a mi parecer conservadora y ridícula. Si las dos partes acordaron voluntariamente acceder, no tendría por qué ser prohibido.

Sin embargo hay que hacer una diferenciación bien grande. El caso que yo hablo es el del chulo y las prostitutas voluntariamente. Lastimosamente existen muchos casos donde el proxeneta obliga en base a amenazas, uso de la fuerza, y demás formas de coerción, a las mujeres a ejercer la prostitución bajo su tutela. En este caso el crimen, y por ende lo que debe ser castigado, no es la actividad de administrador de meretrices, sino la agresión hacia la otra persona. Así como se castigaría a quien, en base a amenazas, uso de la fuerza, y demás formas de coerción, me obligara a realizar animaciones 3D bajo su tutela.

El problema reside en que muchas veces, las apreciaciones morales de determinados grupos se vuelven decretos legales, interfiriendo la libre asociación entre individuos, violando así uno de nuestros principales derechos inalienables.

20 de diciembre de 2008

Teoría (criolla) del valor subjetivo

¿Cuál es el precio justo de un producto? Lo que se terminó pagando por él. Así de simple.

Comercio es el intercambio voluntario de bienes y servicios entre dos o más personas. En un intercambio justo, todas las partes participan voluntariamente y por ende ninguna pierde. Se cambio un objeto por otro que uno considera de mayor importancia. El trueque es comercio, si yo te doy una gallina y tu me das un libro es porque tú considerabas la gallina más importante o necesaria que tu libro y yo creía justamente lo contrario.

El dinero es simplemente el medio de intercambio común para facilitar el comercio. Yo quiero un libro pero tengo una gallina, tú tienes un libro pero quieres una cerveza, ¿Cómo hacemos? Te doy dinero a cambio del libro y con el dinero te compras cerveza, si te hubiera dado la gallina hubieras tenido que buscar alguien que cambie gallinas por cerveza y fuera muy complicado. En este caso, yo considero el libro más importante que mi dinero, y tú consideraste mi dinero más importante que tu libro. Nadie pierde, todos ganan.

Ese es el libre comercio, sin restricciones, voluntario y perfecto. Ahora, ¿quién decide cuánto cuesta cada cosa? ¿Cómo se determina cuántas gallinas son un libro? ¿Qué es más importante la gallina o la cerveza? ¿Cómo se determina si el intercambio es justo? Por el valor subjetivo de las cosas.

Cada persona tiene necesidades, gustos y deseos diferentes; y según estos decide qué es y qué no es de su interés. Para mí más importante era el libro pues quería leer y para tí más importante era la gallina pues te querías hacer un seco.

Es un absurdo que se piense que las cosas tienen un valor intrínseco objetivo por leyes matemáticas. Son un sinsentido las teorías que tratan de explicar que los objetos tienen un valor según el trabajo invertido en él. Así mismo son un absurdo las teorías que nos dicen que el valor de algo es decidido por los recursos consumidos para hacerlo. Como muestra de esto, pongo las obras de arte, que pueden no haber requerido muchos recursos ni muchísimo trabajo, pero sí han llegado a costar grandes cantidades. Así mismo, hay muchos objetos que han necesitado muchos recursos y gran cantidad de trabajo invertido en él y sin embargo han tenido que ser sacados del mercado debido a la poca demanda que tenía (modelos de carros por ejemplo). Y es que esa es la palabra clave, oferta y demanda son quienes determinan el precio de las cosas, y aún estas no pueden ser regidas a reglas matemáticas estrictas pues dependen de la subjetividad de las personas.

Sin embargo, el problema está en que muchas veces se incentivan las teorías objetivas del valor y se crean leyes para interferir en el libre ejercicio de la economía.
"Las principales escuelas que surgieron de este nuevo pensamiento fueron el monetarismo y el keynesianismo. Las dos escuelas son neoclásicas en cuanto creen en un “precio” objetivo del valor. Éste puede ser alcanzado mediante fuerza bruta restringiendo la libertad de la demanda y oferta. Para llegar a este valor objetivo es necesario inventar salarios mínimos, precios máximos, cuotas a la importación y exportación, convenios de producción entre países, leyes mundiales anti–dumping, tribunales de la libre competencia, bancos centrales que manipulen el dinero… ¿Y cómo se mantiene todo esto? Con impuestos y deuda estatal. En otras palabras, no sólo se roba arbitrariamente, y de forma desigual a todos los individuos con impuestos, o se hipoteca la seguridad económica de la sociedad emitiendo deuda (en los dos casos, desde el más pobre al más rico), sino que además se restringe su libertad de consumo, de ahorro e inversión. Estas políticas, basadas en falsos pretextos económicos, han llegado al punto de convertir al individuo en un siervo del estado." 1.
Para explicar este fenómeno, pondré como ejemplo el uso de taxi y la regulación estatal de su economía: el uso de taxímetros (sí, siempre quise ser taxista)
¿Cuánto cuesta una carrera? Lo que se paga por ella. Así de simple. Una carrera del centro a Urdesa, no cuesta lo mismo que de Urdesa al centro. ¿Por qué? Porque en un lugar hay más gente esperando taxi (demanda) y pocos taxis pasan por ahí (oferta); mientras que en el otro lugar hay muchos taxis y poca gente esperándolos. Así mismo, es más caro ir del centro al norte que del centro al sur ¿Por qué? Porque el norte es aniñado y por ende se paga más que al sur así sea el mismo kilometraje; o quizás porque el taxista sepa que en el sur puede conseguir otra carrera más rápido encambio en el norte no y tiene que cobrar ese añadido. Así mismo, un taxi nuevo cómodo y limpio es más caro que un taxi viejo y destartalado. Así mismo, con un sin fin de etcéteras que responden a nuestras apreciaciones individuales más que a leyes matemáticas.
Querer imponer un precio único por tiempo-kilometraje, es un absurdo, y un abuso tanto a los taxistas como a los usarios. Por suerte, insisto, vivimos en Guayaquil donde antes de treparte al taxi negocias y acuerdas, directa y voluntariamente, el precio de la carrera.
La lógica usada y explicada en este ejemplo local y criollo, es la misma lógica que se debe usar en cualquier actividad económica. Desde vender cigarrillos hasta acuerdos empresariales. La teoría subjetiva del valor es la única que va ligada a la libertad, y al libre comercio real, pues las demás apuestan al intervencionismo estatal y por ende al despotismo burocrático.
(remitirse a éste artículo para un análisis más profesional y serio jaja)

18 de diciembre de 2008

No hay muerto malo... pero éste?

Éste escrito nos llegó al mail hace unos días, pero recién tengo tiempo para subirlo. Lo reproduzo íntegro tal cual nos llegó.
El día de hoy, 15 de diciembre de 2008, falleció el expresidente León Febres Cordero y en la mayoría de los medios de comunicación, el tema mereció amplio despliegue publicitario. Muchos periodistas se hicieron lenguas hablando de las mil y una maravillas de su fuerte personalidad, de sus hondas convicciones, de su pasión por la política, de sus excelencias como Alcalde de Guayaquil, y otras tantas perlas. Hasta hubo quien le deseara que fuese recibido en el seno de Dios, y fuera llevado a ese cielo con el que tanto sueñan los buenos cristianos. Y para completar esta imagen perversa, se decretaron tres días de duelo nacional y hemos visto al inefable Arzobispo Antonio Arregui, recibiendo a este "nuevo santo" en la Catedral de Guayaquil. Y no sería raro que en poco tiempo sea presentada una petición al Santo Padre de Roma para que este benemérito expresidente sea convertido en un beato más de la iconografía religiosa ecuatoriana, como algunos han pretendido hacer con el
dictador Gabriel García Moreno.
Resulta paradójico que en nuestra tierra, tengamos esa extraña debilidad por lo muertos, que nos lleva a descubrirle o encontrarle alguna maravilla a personajes que pasaron por el mundo haciendo daño a diestra y siniestra. Pero en este caso, justamente en el caso de este "muerto", hay mucha tela que cortar, porque resulta que uno se pone a pensar: ¿Cuándo en este Ecuador nuestro, se dio tanto despliegue a las numerosas víctimas del gobierno intolerante y represivo de Febres Cordero? Me pregunto, y se me pone la carne de gallina, qué sentirán en estos momentos los familiares de esa maestra soñadora y rebelde, Consuelo Benavides, que un 4 de diciembre de 1985, fue detenida por miembros de la Fuerza Naval, para no aparecer viva? Qué sentirán al recordar la saña con que fue violada, torturada, asesinada y luego enterrada en el más oscuro y criminal silencio, que solo se rompió tres años después?
Me sigo preguntando y una ráfaga de hielo me recorre el cuerpo, llegando hasta el tuétano de mis huesos: ¿Que sentirá Clara Merino, que perdió a su hermano, a su cómplice de juegos infantiles, y de charlas amenas en la mesa familiar, a la hora de la cena? Que lo perdió de un momento a otro, sin que tuviera tiempo de procesarlo y entenderlo?
¿Cómo extrañarán todavía los padres del estudiante Fernando Aragón, de 21 años, quien en junio de 1986, fue asesinado por miembros del Escuadrón Volante CP1-SU114 de la policía? El homicidio ocurrió durante una manifestación en Quito, contra el alto costo de la vida. Aragón recibió un balazo en el cuerpo y en dos segundos se llevaron sus sueños de libertad. Y de igual modo, los padres, del estudiante guayaquileño Víctor Alvarado, de 22 años, quien recibió varios balazos de la policía, en 1988, en una manifestación contra el aumento de pasajes.
Y ¿Qué dirán los parientes de Fausto Basantes o de Arturo Jarrín que fue perseguido y detenido en Panamá y traído al Ecuador para ser asesinado aquí? Y los parientes de Edgar Frías, quien fue detenido en el Perú y encarcelado en el Ecuador y los del joven Juan Carlos Acosta, quien fue detenido por el SIC, el 29 de Agosto de 1985, a raíz del caso Isaías, y apareció muerto después por las torturas a las que había sido sometido?
Me pregunto, y siento un hormigueo en las entrañas, ¿qué estará sintiendo nuestro querido amigo Pedro Restrepo?, ese que nos dio una lección de tenacidad en la lucha contra la represión fascista de ese tristemente célebre gobierno? Ese que no solo perdió a sus dos amados hijos, sino también a su esposa? Y que aún hoy, después de largos años de lucha para conocer y descubrir las espantosas horas de tortura infringida a sus jóvenes hijos, y que terminaron con una muerte brutal y totalmente absurda, no sabe todavía en donde descansan los huesos de aquellos chicos inocentes y tiernos que recién se asomaban a la vida?
Es que duele en las entrañas saber que en nuestro país se ensalza a los asesinos, se protege a los corruptos, se deja escapar a los ladrones, pero no se dijo ni pío cuando tantas personas desaparecieron, y fueron torturadas durante el gobierno de Febres Cordero y después aparecieron muertas, unas; y otras, jamás fueron recuperadas, ni siquiera para que los padres pudieran darle sepultura en el seno de la tierra que tanto amaron.
Yo recuerdo todavía ese período de gobierno y no he olvidado el temor con el que caminábamos por la calle, sobre todo en las noches, cuando ese engendro que él creó: los Escuadrones volantes de la policía, salían a agredir a la gente, a detener jovencitas, estudiantes, y todo tipo de gente. ¿Cuántas historias de violaciones y maltratos furon silenciadas, entonces, en las calles de Quito? Pero aunque todos y todas teníamos miedo salíamos a las marchas y protestábamos contra las exacciones de ese régimen, contra las penurias económicas que nos impuso, contra las violaciones a las leyes laborales y los despidos intempestivos, contra la prepotencia de un hombre que se creía el Rambo del Ecuador y cuyos gestos y expresiones reivindicaron las peores formas de machismo en nuestro país.
Cómo tragamos gases y bombas lacrimógenas. En cada marcha se iba un poco de vida y de salud con esa tremenda intoxicación producida por las acciones de una policía que se volvió artífice fundamental no solo de la represión sino también de la corrupción. En ese tiempo, surgió un grupo de policías de tránsito, que tenían armada una estrategia imparable para estafar a incautos. Conocí muy de cerca esa estrategia porque un amigo, hijo de un gran pintor, ya fallecido, la vivió en carne propia. Estos malos policías armaban un choque ficticio en las calles más céntricas de la ciudad, en horas de la noche y a la persona que habían chocado le levantaban un parte aparentemente normal. El señor se iba a su casa y ellos se llevaban el auto al cuartel de la policía. Al otro día el parte había sido cambiado en contra del señor chocado y el auto chocado era un auto muy caro. La víctima tenía entonces que pagar a estos policías para poder zafarse de la cárcel. Pero este amigo, que sabía que él no había chocado a nadie sino que lo habían chocado a él no quiso pagar por este chantaje y fue a dar a la cárcel, en donde no valieron abogados, ni papeleos, ni nada. Estuvo casi un año detenido, hasta que al cambiar el gobierno, le fue pedido al Presidente Rodrigo Borja su intervención y pudo este buen hombre que además era un gran médico, salir libre, pero indemne de tan espantosa experiencia.
Será que desde alguna estrella lejana, Martha Elena, la madre de los Restrepo, la madre destrozada, estará observando este loco mundo en el que los pájaros les disparan a las escopetas? ¿En el que los asesinos son llevados en andas por gente del mismo pueblo, que aguantó hambre y miseria por las políticas económicas neoliberales de este expresidente? ¿En el que un asesino es llevado a la Catedral para rendirle honores de santo?
Por haber vivido este horror, muchas personas sentimos una gran alegría cuando fue creada la Comisión de la Verdad, para investigar y sancionar a los culpables, pero con mucha pena vemos cómo cada día se alarga más y más el proceso y no pasa nada, y nadie dice nada, como si estuvieran esperando que se murieran los torturadores y los asesinos, para que ya no puedan ser sancionados, como en este lamentable caso. ¡Qué pena que te hayas muerto León Febres Cordero y que no hayas sido sancionado en vida por tus crímenes como te correspondía!
Los ciudadanos y ciudadanas que vivimos la tortura de ese gobierno represivo y brutal estamos esperando el desenlace de la investigación de la Comisión de la Verdad y queremos que sea presentada en el tiempo en que se planificó y esperamos y lo necesitamos, que haya sanciones, que los torturadores y asesinos paguen en la cárcel sus abusos. Esa es la única justicia real que existe y la única en la que creemos.
Jenny Londoño López
Quito, 16 de diciembre de 2008
Y ya que estamos en éstas; pongo el video del cual hablé hace un par de semanas, pero que no sabía como subirlo al blog.

Ojalá atrocidades como éstas nunca vuelvan a ocurrir.

17 de diciembre de 2008

Por unas fronteras abiertas

por Antonio José Chinchetru para el Instituto Juan de Mariana.

Las migraciones son un fenómeno tan antiguo como la humanidad, hasta tal punto que se podría afirmar que forman parte de la propia naturaleza humana. Desde siempre, el hombre se ha desplazado en un afán de mejorar su vida, ya sea en grupos ya sea de manera individual. De hecho, en el ser humano era nómada en los primeros estadios de su desarrollo, lo que supone quizá el grado máximo del migrante al suponer un constante cambio geográfico a lo largo de la vida de una persona. En la mayor parte de los casos los motivos han sido y son económicos, pero no siempre es así. También ha habido y hay quien cambia de país de residencia en el afán de conseguir un nuevo hogar donde poder desarrollarse según sus propios valores o donde gozar de un mayor respeto a sus derechos.

En la actualidad el fenómeno migratorio ha alcanzado unos niveles en números absolutos mayores que en ninguna otra época. Los motivos son diversos. Nunca antes habían habitado tantos seres humanos sobre la tierra, lo que aumenta la cantidad de potenciales migrantes. Los medios de transportes son más veloces, cómodos y baratos que en cualquier momento del pasado. Si hace tan sólo un siglo cruzar de Europa a América (la ruta entonces habitual) suponía semanas de travesía en barcos mal acondicionados y con billetes caros, hoy en día el viaje en sentido contrario implica tan sólo unas horas de vuelo en cómodos y modernos aviones y a un precio proporcionalmente inferior al que pagaban españoles, alemanes, italianos o irlandeses por llegar a Argentina o Estados Unidos. Hay excepciones, no obstante, a esta norma de "más barato, corto y cómodo", sobre todo en lo que se refiere a los africanos.

Otro motivo que conduce al incremento de la inmigración es la diferencia de niveles de vida entre países, tal vez mayor que nunca antes en la historia, lo que supone un incentivo para emigrar. Esto no se debe al lugar común de que "los pobres son cada vez más pobres". No hay unos niveles de miseria que no haya conocido la humanidad en el pasado. Sin embargo, en amplias regiones del mundo (Norteamérica, Europa occidental y Sudeste Asiático, sobre todo) la mejoría ha sido mayor que en el resto del mundo y la diferencia se ha incrementado.

Y es este mundo rico el que trata de poner coto a la inmigración, al tiempo que la incentiva. Los gobiernos de los estados más desarrollados invierten cada vez mayores cantidades de dinero (procedente de los impuestos que pagan los ciudadanos) en sistemas que tratan de impedir la entrada de personas procedentes de otros países. Imponen asimismo visados para disminuir la cantidad de hombres y mujeres que cruzan legalmente las fronteras como turistas para después pasar a la categoría de irregulares o establecen moratorias como la que impide a rumanos y búlgaros establecerse en los demás países de la Unión Europea en igualdad de condiciones con el resto de los ciudadanos europeos.

Sin embargo, nada de esto logra frenar la inmigración. El motivo es que los mismos estados que ponen todas estas trabas son los que no cejan en su empeño de frenar el crecimiento económico de los países de origen de los inmigrantes. En un intento de proteger la "propia" industria y la agricultura, los gobiernos de la Unión Europea, Estados Unidos y otros países subvencionan al campo, así como otros bienes y servicios producidos dentro de sus fronteras, al tiempo que a la producción externa le imponen altísimos aranceles. Esto no sólo obliga a los locales pagar precios artificialmente elevados (lo que supone un freno a la economía de estos lugares), sino que además impide que se enriquezca el resto del mundo. Quien no puede vender su producción a otros, con independencia de que estos estén a cientos o miles de kilómetros, termina por no mejorar su nivel de vida o incluso se empobrece más. Y ante esta tesitura la emigración se transforma en la vía más factible de mejorar la situación personal.

Por muchas trabas que se traten de poner o por muy alto que llegue a ser el nivel de vida en todo el mundo, siempre habrá migraciones y es un fenómeno que no para de crecer. La única política realista para que estos flujos se reduzcan es el desarrollo de los países de origen, y este ha de llegar por el libre comercio. Mientras los países ricos se nieguen a permitir que las naranjas o los coches nuevos crucen las fronteras, quienes las pasarán legal o ilegalmente serán las personas. Y se trata de algo legítimo.

Es necesario, por tanto, poner fin a las trabas al comercio entre países. Los gobiernos de los países más desarrollados deben dejar de impedir que sus ciudadanos adquieran libremente bienes y servicios procedentes de las regiones del mundo más pobres. Si lo hacen, las personas de viven en ellas se enriquecerán y la emigración perderá gran parte de su atractivo para muchos. Bajarán los flujos migratorios y las fronteras podrán estar como debería ser su situación: abiertas para todo el que las quiera cruzar con el fin de hacer turismo, estudiar o quedarse a vivir. Desaparecería así la irregularidad y los cruces ilegales, que ponen en manos de mafias a miles de personas que tan sólo buscan una legítima mejora de su vida.