7 de abril de 2009

¿Vivir como en una selva?

"¿Vivir como en una selva?" se titula el escrito publicado por el cardenal Juan Sandoval Iñiguez en el Semanario (el órgano de difusión de la Arquidiócesis de Guadalajara). Basta con leerlo fugazmente para percibir la ignorancia y el atrevimiento, o sencillamente las malas intenciones de desacreditar una posición ideológica clara y definida.

A continuación, copio el texto con mis correspondientes comentarios (ignorantes y atrevidos igualmente). Lo que está en negrita fue resaltado por mi.
Los anarquistas han llegado a pensar que la causa de la infelicidad del hombre son las leyes y las normas; que si no hubiera leyes, el hombre sería muy feliz; inclusive han dicho que si no hubiera leyes no habría crímenes; en cambio, con las leyes, el crimen se evidencia. Así, si no hubiera distinción entre bien y mal, entre verdad y falsedad, el que roba, por ejemplo, no sabría que roba, se quedaría muy contento y feliz; el que viola, las veces que sea, también se quedaría muy tranquilo, en paz; por lo tanto, la infelicidad de la Humanidad está en las leyes; por eso los anarquistas quieren abolirlas.
Ni siquiera voy a rebatir tamaña estupidez.
El escritor inglés Chesterton, en su novela “El hombre que fue jueves”, hace una especie de distinción entre dos clases de anarquistas: los activos violentos, los que andan en las calles asaltando, matando, arrojando bombas, cometiendo crímenes muy visibles; y los anarquistas pasivos, ocultos, invisibles al público, que forman parte de una élite muy selecta. Aquéllos, señala el novelista, son en cierta manera “buenos”, dan la cara, y por ejemplo, en materia de propiedad privada, no la niegan, aunque lo que quieren es apropiársela, y ya una vez que la tienen, que nadie se la quite.
Pero los anarquistas más peligrosos son los ocultos, esa élite pensante que pretende acabar y negar la existencia de todo valor constituido; no sólo con la propiedad privada, la distinción entre el bien y el mal, de lo verdadero y lo falso, sino que también están trabajando para ello. Esto lo escribió Chesterton, y lo puso en su libro hace casi cien años.
Para empezar "El hombre que fue Jueves" es una novela. Según lo que tengo entendido usa el término anarquista, pero no hace referencia al anarquismo realmente como tal; más bien dicen que se basa en principios existencialistas o del nihilismo filosófico. En todo caso como no leo novelas, no se bien de que se trata; pero el simple hecho de que haya sido escrita a inicios del siglo XX ya es una explicación suficiente del por qué la satanización hacia el movimiento anarquista. Este curita se olvida que en 1908 el movimiento obrero y en especial las ideas anarquistas estaban en pleno auge y persecusión. 20 años después del 1 de mayo, 14 antes de la masacre de las cruces sobre el agua. Debería hubicarse históricamente para poder citar algo. El contexto que se vivía en esa época era totalmente diferente al actual. Así mismo, diferentes, eran las ideas y el activismo político. Aunque numerosos, los casos de insurreccionalismo y magnicidios son en total un pequeño porcentaje teniendo en cuenta la fuerza que tenía el movimiento obrero de ese entonces. Alguien debería recordarle al cardenal Sandoval, que la imagen de un hombre vestido de negro, con sombrero y una bomba en la mano, son retratos inventados y generalizados por la autoridad gubernamental de la época, para atacar y acribillar a cuanto personaje se les oponga. V for Vendetta, fue sólo una película.
No podemos negar que este pensamiento anarquista tiene una realidad innegable y triste, entre esos “pensadores” liberaloides, cuyas ideas han cundido entre un segmento muy importante de la Sociedad actual, donde se ha llegado a extremos de amoralidad al negar que existe el bien y el mal; negar que las leyes sirvan para algo y que el individuo es dueño de una libertad absoluta para cometer cualquier acción sin que se le reproche.
Esto depende de la posición de cada persona. Yo personalmente represento "el bien" y "el mal" en algo sencillo. El principio de no agresión. Iniciar agresión contra alguien y violentar sus derechos es "el mal". Todo el resto es "el bien". Que posición tan primitiva de este señor.
En este contexto de un simple "respetar los derechos ajenos es la paz", no creo que sean necesarias las leyes. De hecho creo que son contraproducentes, sí. Las leyes lo que hacen es violar el principio de no agresión. Por decreto un grupo de gobernantes dice lo que se puede y no se puede hacer, y para hacerlo cumplir amenazan con, o utilizan la fuerza. Esas son las leyes y eso es violar mi libertad individual. Porque que a los católicos no les guste ser libres, y sean felices sometiéndose a lo que una entelequía les dicta; no es razón suficiente para privarnos de la libertad a quienes sí creemos en ella.
La propiedad privada ya no se respeta, y aquí en nuestra ciudad, por ejemplo, cada quien, en cuanto puede se apropia de lo ajeno; y mucha gente ya no se pregunta de quién es una propiedad que está en litigio, sino se deja llevar por sentimientos, por impresiones sensacionalistas para atribuírselas al que se ostenta como dueño, sin que se respete al verdadero propietario.
Pues eso será con los comunistas. Yo sí creo en la propiedad privada. De hecho las leyes y el Estado que tanto defiende, es el primero en violarla y por eso me opongo a él. Sólo a travez de las leyes se tiene carta blanca para robar; llamándole decomiso, expropiación, confiscación, etc.
En cuestión del matrimonio, de la familia, también son instituciones bombardeadas por esas ideas anarquistas, manipuladas por esa élite a nivel mundial que quiere destruir todo orden, toda institución, incluyendo familia, Iglesia, Estado, haciendo creer a la gente que con eso será feliz, cuando en el fondo se trata de una encubierta dominación para debilitar a los pueblos y puedan quedar a merced de sus estrategias de dominio mundial.
El matrimonio y la familia ortodoxa, son esquemas caducos para mentes evolucionadas. Basamos la vida humana según acuerdos voluntarios entre individuos libres, no según patrones prehistóricos de cómo debe ser la sociedad para que vaya de acuerdo a sus gustos.
Con respecto a lo otro, pues nos han descubierto. Nuestros planes anárquicos de conquistar el mundo han sido sacados a la luz. ¿Y se suponía que los católicos eran progresistas, y criticaban a los protestantes de fundamentalistas, primitivos y absurdos?
Yo invito, a los que lean este mensaje, a que examinen su propia conciencia, su pensamiento, y vean si no están contaminados con esas ideas anárquicas, si no han llegado a pensar que sería más bonito que no existieran los Mandamientos, que no existieran las leyes que normaran y castigaran; si piensan que serían más felices si gozasen de todos sus “derechos” y de una libertad absoluta, donde la Sociedad fuera una especie de selva, en que triunfara siempre el más fuerte; donde no hubiera ninguna defensa para lo débiles ni protección para los desheredados, sino el aprovechamiento del poderoso y la destrucción de toda institución que respalde al ser humano. En fin, si se han olvidado de que el hombre es sociable y que su sociabilidad exige normas, leyes para la convivencia pacífica, armoniosa y próspera con sus semejantes. En estos Días Santos, cabe, pues, hacer estas reflexiones y ver hasta qué punto amamos las instituciones; si amamos las leyes justas; si estamos a favor de la familia y del respeto a la propiedad privada, a la integridad de nuestros semejantes y otras cosas parecidas.
Pues al parecer soy un foco infeccioso jaja. Creo que sería más bonito todo si no existieran los Mandamientos. Como ya dije sólo se necesita uno, y no es mandamiento, es lógica, naturaleza, raciocinio. Creo que seríamos más felices si gozaramos de todos nuestros "derechos" y de una libertad absoluta. El resto es pura retórica peyorativa sin sentido. Nadie niega que el humano sea un ser social, nadie niega que se necesiten normas de convivencia. Pero de ahí a querernos imponer normas según la moral subjetiva de cada uno, pues hay un paso grande.
Amar las instituciones es una ridiculés, estar a favor de la familia también. De ahí: amar las leyes justas (las justas y sólo las justas), respetar la propiedad privada y la integridad de nuestros semejantes, es lo que buscamos los anarquistas (de libre mercado). Nosotros lo hemos entendido y somos consecuentes en nuestras ideas y acciones. En estos Días Santos, quienes deberían reflexionar son otros, y entender que al pretender imponer su modo de vida a todos y pretender legislar a todo un conglomerado humano según su posición moral; lo que están haciendo es imposibilitando la paz y la convivencia. Así pues mientras uds reflexionan, nosotros comemeros fanesca hasta hartarnos. Salud y Anarquía.

Que Dios los bendiga.

1 comentario:

LOLA dijo...

TU ERES DE LOS ANARQUISTAS FUMONES Y VENDIDOS A NEBOT Y CORREA.

ANINIADO SHAAABIDO YITUX

LOLA CIENFUEGOS