21 de diciembre de 2008

Acuerdos mutuos y proxenetismo

Yo soy animador 3D. Quizás sea un buen animador, quizás no. Trabajo en mi casa (supongamos que trabajo jaja). Yo mismo busco mis clientes. Como reparto mi tiempo en trabajar y buscar clientes, no tengo mucho tiempo para buscar más clientes y no puedo crecer empresarialmente. Me gustaría tener más clientes y más dinero, pero no puedo. Derrepente aparece Gieppeto que me propone hacer un trato: él buscará los clientes por mí, y así yo podré dedicarme netamente al 3D. Como parte del trato propone triplicarme el número de trabajos en un mes, y así mismo, me pide que por cada trabajo yo le dé X% de mis ingresos. Acordamos y empezamos a trabajar como socios. El trato es libre, voluntario y por ende justo, pues si a alguna de las partes no le hubiera parecido justo no lo hubiera aceptado. Él busca clientes y se encarga de eso y yo me dedico a lo mío aumentando considerablemente la calidad de mi trabajo. En poco tiempo me vuelvo famoso y tenemos hartos trabajos y harto dinero. Yo no soy esclavo de Gieppeto, Gieppeto no es esclavo mío. Gieppeto no me explota, yo no exploto a Gieppeto. Gieppeto se aprovecha de mí tanto como yo me aprovecho de él, pues de eso se trata el trabajo asociado. Asociados logramos salir adelante pues en caso contrario, cada cual por su lado hubiéramos (quizás) fracasado. No hay nada de ilegítimo en nuestra actividad, ni en nuestro acuerdo mutuo. Nadie, incluido el Estado, puede prohibirnos trabajar como hemos decidido, argumentando supuestas injusticias. Verdad?

Si estamos de acuerdo hasta aquí, siga leyendo.

Si el caso anterior es legítimo y no puede ser prohibido por subjetividades ni por argumentos morales, ¿qué pasa con el siguiente caso?

lindo estereotipo

Yo soy prostituta. Quizás sea una buena prostituta, quizás no. Trabajo en una esquina. Yo mismo busco mis clientes. Como reparto mi tiempo en trabajar y buscar clientes, no tengo mucho tiempo para buscar clientes y no puedo crecer empresarialmente. Me gustaría tener más clientela y por ende más dinero, pero no puedo. De repente aparece Gieppeto y me propone hacer un trato: él buscará los clientes por mí, y así yo podré dedicarme netamente al sexo prepagado. Como parte del trato, propone tripicarme el número de clientes en el mes, y así mismo me pide que por cada trabajo yo le dé X% de mis ingresos. Acordamos y empezamos a trabajar como socios. El trato es libre, voluntario y justo, pues si a alguna de las partes no le hubiera convendrido no lo hubiera aceptado. Él busca clientes y se encarga de eso y yo me dedico a lo mío. En poco tiempo me vuelvo famosa y tenemos hartos clientes y harto dinero. Yo no soy esclava de Gieppeto, Gieppeto no es mi esclavo. Gieppeto no me explota, yo no exploto a Gieppeto. Gieppeto se aprovecha de mí, tanto como yo me aprovecho de él, pues de eso se trata el trabajo asociado. Asociados logramos salir adelante, pues en caso contraro, cada cual por su lado hubieramos (quizás) fracasado. No hay nada de ilegítimo en nuestra actividad, ni en nuestro acuerdo mutuo. Nadie, incluido el Estado, puede prohibirnos trabajar como hemos decidido, argumentando supuestas injusticias. Verdad?

Bajo esta lógica, no existe nada de ilegítimo en ser chulo. Quizás sea moralmente inaceptable, para muchas mentes, pero éticamente no está violando ningún derecho (recordemos, como siempre, la diferencia entre moral personal y ética política). Ejercer el proxenetismo no es un crimen per se.

Desde feministas hasta cristianos ortodoxos podrán argumentar que el proxeneta es un ser degenerado y degrada la dignidad de la mujer y un sin fin de etcéteras. Pero éstos argumentos no son más que apreciaciones subjetivas, basadas en una moral personal, a mi parecer conservadora y ridícula. Si las dos partes acordaron voluntariamente acceder, no tendría por qué ser prohibido.

Sin embargo hay que hacer una diferenciación bien grande. El caso que yo hablo es el del chulo y las prostitutas voluntariamente. Lastimosamente existen muchos casos donde el proxeneta obliga en base a amenazas, uso de la fuerza, y demás formas de coerción, a las mujeres a ejercer la prostitución bajo su tutela. En este caso el crimen, y por ende lo que debe ser castigado, no es la actividad de administrador de meretrices, sino la agresión hacia la otra persona. Así como se castigaría a quien, en base a amenazas, uso de la fuerza, y demás formas de coerción, me obligara a realizar animaciones 3D bajo su tutela.

El problema reside en que muchas veces, las apreciaciones morales de determinados grupos se vuelven decretos legales, interfiriendo la libre asociación entre individuos, violando así uno de nuestros principales derechos inalienables.

5 comentarios:

7H4FF0 dijo...

gusta mucho el articulo ! del putas!

Anónimo dijo...

yitux, te leo y me recuerdas a pantalón y las visitadoras.

en todo caso, la realidad, al menos en las calles, es que no hay tal acuerdo mutuo entre iguales y sí un maloliente capataz que hasta toma servicios de la 'socia' sin pagar...

en machala se formó hace años la primera asociación de trabajadoras sexuales. (les dices putas y con una sonrisa te piden que le recuerdes a tu mamá pagar las cuotas atrasadas al gremio). esas asociaciones sí son, de largo, más voluntarias y justas -aunque no exentas de conflictos internos. el chulo no tiene cabida ahí, sí los relacionistas públicos y guardias. ah, y hasta abogados, que alguien tiene que ocuparse de los papeles de las colombianas.

azul

Ernesto Yitux dijo...

azul, claro que sé que esa es la realidad (casi siempre) en las calles. Me parece interesante la asociación que mencionas y me gustaría si tienes información la cruces.

Personalmente no me agrada el trabajo asalariado y siempre prefiero las asociaciones comunitarias.

Sin embargo esa es mi moral personal, y lo que trato de explicar es que ser chulo no es un crimen per se.

Quizás otra asociación decida agremiarse, y contratar un chulo. Que no vendría a ser diferente a un relacionista público. Ahí los papeles tradicionales se invertirían, y el chulo trabajaría para sus patronas las trabajadoras sexuales. Sería interesante.

Anónimo dijo...

ciertamente, yitux, ser chulo per se no es un crimen. eso está claro de tu post. salvo que en la definición misma de chulo entre aquéllo del abuso, cosa con la que tú has sido explícito, aquí y en otros posts, que estás en contra. yo igual.

la asociación de machala es más bien una tradicional agrupación gremial. http://www.diariocorreo.com.ec/archivo/2008/08/28/trabajadoras-sexuales-buscan-proteccion

de la que te hablo, más 'assertive' y empoderada ella es ilegal. o clandestina. está en quito. opera en un barrio alto, del norte. no puede llamarse abiertamente una asociación de prostitutas porque el arrendador del local, muy beato él, no acepta la publicidad expresa. el cheque mensual sí que lo acepta, como es usual en los chulos high life. cheque que ellas, escrupulosamente y con los debidos fondos, envían antes del 30 de cada mes.

no es el único caso, por cierto, y dudo que solo se dé en quito.

azul

Cliente X dijo...

De acuerdo al más elemental sentido común, tienes razón. Pero las leyes no se elaboran siempre con sensatez, sino en muchos casos nuestros legisladores parten de profundos prejuicios o tratan de dar la imagen de ser personas con gran integridad que no pueden permitir algo tan obsceno como el proxenetismo, así sea aceptado voluntariamente. Es lo que ocurre en España, donde está permitido lucrarse del trabajo de otra persona en cualquier sector menos en el de la prostitución aún sea con su consentimiento (artículo 188 del código penal).

El efecto que tiene esta norma no es el pretendido de proteger a las prostitutas de cualquier abuso, sino sumirla en una mayor vulnerabilidad pq se ven obligadas en muchos casos a tener que pagar una "contribución" a la policía que las amenaza con detener a cualquier persona que pueda estar "lucrándose" de esta actividad: sus madres, hijos (mayores de edad), parejas... Es decir, que en vez de hacer que las prostitutas sean independientes y no tengan que rendir cuentas a nadie, la Ley ha habilitado un instrumento para que puedan ser extorsionadas. El remedio ha sido peor que la enfermedad.

Gracias por tratar el asunto y sobre todo por hacerlo con tanta sensatez. Un saludo.